Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Vista Alegre no gana, pero conmueve

E l "Profe" no parece cansarse nunca.

No se cansa de mirar casi siempre para el mismo lado, el del arco de su equipo. Ni se fastidia por acumular tantas derrotas frente a alguna efímera victoria.

Ni una queja.

Es el primero en recomponer el alma del arquerito, ya ajado de tanto revolcarse, de sacudirse el buzito tapado de tierra. O de arena. Es lo mismo.

Ni siquiera se cansa de tanta lucha despareja.

De infundirle cada fin de semana una buena dosis de autoestima a esas categorías que asume como propias. Que dirige, entrena y pone de pie frente a "esos" pibes de enfrente que parecen volar arriba de una número 5.

No le importa que lo llamen DT o formador. Pero queda claro que jamás se cansará de sus chicos.

De llevar alzado al 4 gurrumín o al 9 grandote que terminaron lesionados.

O de abrazar en forma interminable al goleador impredecible que le regaló un empate impensado sobre la hora.

* * *

Vista Alegre es ese hombre de piel y ánimo curtidos. Que nos conmueve.

Es ganar el partido de las necesidades y no reparar en ninguna tabla de posiciones. Que de eso se ocupen los otros...

Pero básicamente es el club que retornó, después de un puñado de años a la vera del camino, a competir en las divisiones formativas que organiza la Liga del Sur.

Es esa canchita de tierra revuelta y su entorno humilde, pero prolijo y "laburado" con el recurrente sudor de unos pocos.

Es, al cabo, la síntesis, la esencia, la pasión del juego por sí mismo.

De hacer deporte.

De cultivar la amistad.

Y, principalmente, de contener a un sinnúmero de pibes que claman por una oportunidad.

Por sentirse que son parte de un sistema que habitualmente los relega.

Aunque sea, a partir de una pelota.