Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Icardi vs. los cultores de la hipocresía

El grado de hipocresía que nace, se desarrolla y vegeta en el fútbol es monumental.

Que todavía continúe el debate, entre el propio entorno inclusive, sobre si Mauro Icardi debe o no ser convocado a la Selección Argentina es, cuanto menos, ridículo.

Porque la disyuntiva no nace sobre si el delantero de Inter de Italia, de 23 años, es o no un "9" goleador, de enormes o flacas aptitudes técnicas, rápido o lento de movimientos, fuerte o frágil ante las marcas adversarias.

¡No!

Se sigue debatiendo sobre el modo en que surgió su relación amorosa con Wanda Nara, tras supuestamente haber traicionado al exmarido de la rubia mediática, Maximiliano López, de quien supuestamente era amigo.

Lo cierto es que el Patón Bauza, nuevo conductor del equipo nacional, seguramente analiza darle cabida a Icardi en el plantel, porque, y ahora sí analicemos en serio, ha demostrado ser un jugador notable. Pero, además, lo suficientemente profesional para no haber entrado en lo que va de su corta carrera futbolística en situaciones de desequilibrio, tanto futbolístico como emocional.

O sea; en el rectángulo de juego, este pibe es un fenómeno. Con 69 goles y 20 asistencias en 145 partidos jugados en Sampdoria e Inter.

Y afuera, hasta lo que uno puede conocer, no ha cometido ningún hecho delictivo ni nada que se le parezca.

Su vida, la de Wanda y la de López, en definitiva, van por carriles que nada tienen que ver con su labor dentro de una cancha. Que resulta óptima.

Icardi no es, justamente, alguien que hasta el momento haya cultivado algún mensaje aleccionador, de esos que fortalezcan el desarrollo de generaciones futuras.

Pero tampoco lo han sido otros, entronizados por el pueblo futbolero en un pedestal de por sí endeble si se los pone bajo la lupa.

Porque ídolos como Lionel Messi o "héroes" como Javier Mascherano, quien por otra parte nos “vende” publicitariamente las bondades turísticas de Uruguay en detrimento de las de nuestro país, no deberían ser verdaderos ejemplos a seguir por lo que transmiten en su calidad de ciudadanos comunes.

Ambos han tenido serios problemas con el fisco de España. Simplemente por no haber cumplido con sus obligaciones a partir de un ámbito de ilegalidad.

Incluso, el astro rosarino, sin dudas el mejor jugador del mundo, hasta llegó a acusar en un estrado judicial a su propio padre -obviamente por consejo de los abogados- en la causa que lo comprometía por evasión fiscal.

Si ante todo ello hicimos la vista gorda, pues por qué destrozar a Icardi, quien al fin y al cabo se hace cargo día a día de sus hijos y los de su "examigo" Maxi, quien, no olvidar, supo exponer actitudes de violencia de género contra la inefable Wanda.

"Las cosas como son", diría mi abuela.