Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

El rebote, a la vuelta de la esquina

Los números del segundo trimestre reflejaron con toda crudeza el derrumbe de la actividad. El PBI cayó contra el mismo período del año pasado un 3,4% y en el año acumula una pérdida de 1,7%. La principal explicación para semejante caída es la pérdida del poder de compra del salario, ante el fuerte aumento de la inflación, que llegó a superar niveles del 40% en términos interanuales. Hubo otros factores que puntualmente afectaron, como el “ruido” generado por los aumentos de las tarifas y el freno de la obra pública en la transición del gobierno kirchnerista.

La buena noticia es efectivamente que lo peor ya habría quedado atrás. Aunque todavía faltan algunos días para que termine septiembre, los principales indicadores ya muestra crecimiento en relación al segundo trimestre y la tendencia se mantendría en el cuarto. Pero la comparación interanual seguirá dando negativa, con lo que la caída del PBI en todo el año se ubicará en un rango de entre 1,5% y 2%.

Fausto Spotorno, economista de la consultora que dirige Orlando Ferreres, estima que la incipiente mejora de la segunda parte del año ya deja un arrastre estadístico de 1,2% para el 2017. En otras palabras, aún cuando la actividad se mantenga “planchada” el año que viene igual los números mostrarían un leve crecimiento.

Pero la expectativa lógicamente es mayor. El proyecto de Presupuesto 2017 estima una expansión del 3,5%, bastante en línea con el promedio de estimaciones de los economistas. Algunos creen que puede ser bastante más: Miguel Bein, que asesoró a Daniel Scioli en la campaña electoral, piensa que puede llegar al 5%, mientras que Nicolás Dujovne calcula que puede llegar al 4,3%.

El rebote, por lo tanto, está literalmente a la vuelta de la esquina. Lo más relevante es el cambio de tendencia: todo indica que la economía tocó su piso y que comenzó un lento y por ahora leve período de reactivación. Pero no es tan importante por el momento la velocidad que tenga esa mejora sino precisamente el cambio de dirección de la economía. Pasar de cinco años de virtual estancamiento a una mejoría ya es toda una novedad.

Algunas de las variables que están mostrando un comportamiento positivo permiten inferir que el rebote ya se empezará a sentir en forma mucho más concreta a partir de febrero o marzo del año que viene.

No está claro, sin embargo, si este repunte es meramente “electoral” y se extinguirá luego de los comicios legislativos, o si al contrario se trata del inicio de un sendero de crecimiento sostenido. Muchos de los países de la región lo lograron: expansión económica, con estabilidad de precios y sobre todo de las reglas de juego. En el caso de la Argentina, aún falta mucho para lograr no sólo que estas tres variables estén alineadas, sino que se verifique al menos una de estas condiciones.

¿Cuáles son, concretamente, los sectores que comenzaron a reaccionar? En la lista ya se puede mencionar algunos:

- El agro comienza a mostrar señales muy concretas de impulso. Tanto la siembra de trigo como la de maíz estarían reflejando un incremento cercano al 20% de la superficie, y algo parecido sucedería con el girasol. Este mayor volumen proyectado de la futura cosecha no sólo significará un aumento en el ingreso de divisas, sino que movilizará actividades como el transporte o la venta de maquinaria agrícola. De hecho, ya se nota un gran repunte en el despacho de sembradoras, tractores y camionetas “pick-ups”, con el consiguiente rebote en la industria metalmecánica.

- El dinero destinado a la obra pública empieza a impactar positivamente en la construcción. En una reunión mantenida esta semana con el ministro de Interior, reprentantes de las principales empresas del sector adelantaron que están contratando 5.000 trabajadores, con lo que se comenzaría a recuperar parte de lo que se había perdido en los últimos meses por la paralización del sector.

- Pero un aspecto fundamental es la mejora del consumo, a partir del aumento de salarios y la incipiente reducción de la inflación. Para los próximos meses esta situación se consolidaría, por lo que la mejora del poder adquisitivo debería comenzar a notarse en las cifras de ventas. De vuelta, lo primero que se nota es una reducción de la caída interanual del comercio minorista en los últimos meses. El aumento de 4% en el stock de préstamos personales evidencia al mismo tiempo que la gente lentamente empieza a dejar de lado el miedo a perder el empleo y opta por endeudarse, luego de un freno del mercado crediticio en la primera parte del 2016.

Con los elementos actuales resulta imposible contestar si esta vez la recuperación se mantendrá para transformarse en un nuevo período de crecimiento sostenido. Pero el gobierno de Mauricio Macri está decidido que se dé este segundo escenario.

Pero dejar atrás la década kirchnerista requiere de muchos más esfuerzos, por ejemplo en materia fiscal, e institucional y una mejora de la competitividad en sentido amplio. Se trata requisitos que por el momento apenas se vislumbran en el horizonte.