Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Los brotes quieren volver a salir

Los brotes quieren volver a salir. Análisis económico La Nueva. Bahía Blanca

Tras el amague de agosto, reaparecen algunas señales económicas positivas. Los famosos “brotes verdes” se marchitaron antes de lo esperado y la recesión se profundizó en el tercer trimestre, como reconoció el propio INDEC al divulgar el PBI del período julio-septiembre (-3,8% en términos interanuales). Pero al mismo tiempo se van conociendo datos más puntuales de la evolución de esta última parte del año y aparecen algunos datos más concretos que permiten esperanzarse una vez más con la recuperación.

Hay varios datos que juegan a favor. La industria ya lleva dos meses consecutivos de mejora mes contra mes, el sector de la construcción muestra también un repunte, el crédito crece en términos reales y la producción automotriz también repunta. Pero estos datos van acompañados además con las perspectivas favorables por una cosecha de trigo que sería un 20% mayor a la del año pasado. Eso generará mayor movimiento en el campo que empezará a derramar en otros sectores relacionados directa o indirectamente a la actividad agropecuaria.

¿Cuál sería, entonces, el balance de este cuarto trimestre? La economía seguirá mostrando una caída interanual relativamente fuerte, pero ya habría dejado de caer en comparación al trimestre anterior. Y ese mismo comportamiento se repetiría como mínimo en los primeros meses de 2017. “Para ver un trimestre positivo contra el mismo periodo del año anterior habrá que esperar hasta abril”, reconoce Fausto Spotorno, economista jefe del estudio de Orlando Ferreres.

La incógnita es si estos datos incipientes se terminarán consolidando o la economía volverá a perder impulso como ya pasó a mediados de año. Pero esta vez es más difícil que se repita ese fenómeno, por algunas razones concretas. Tendrá fuerte peso el impacto del campo, que aportará por lo menos un punto de crecimiento del PBI en el año, la obra pública acelerará fuerte en el arranque del 2017 y los salarios tendrán una recuperación en términos de poder adquisitivo. Además, es esperable que se consolide el proceso de desinflación, que llevó al índice de precios al consumidor a subir a una “velocidad crucero” de 1,5%.

La opinión de los bancos, economistas y empresarios es prácticamente unánime: el año próximo será el de la recuperación. Pero hay una fuerte dispersión vinculada con la magnitud del repunte. Desde Miguel Bein, que sigue sosteniendo una mejora del 5% hasta otros que hablan de niveles más cercanos al 2,5%, o sea prácticamente un repunte que sólo alcanza para recuperar lo que se perdió este año. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que divulga el Central muestra que en promedio se espera un crecimiento de 3,2%, algo por debajo del 3,5% estimado estipulado en el Presupuesto 2017.

Los cambios en el contexto internacional lucen hoy como el factor más complejo para consolidar la recuperación. El super dólar, es decir el fortalecimiento de la divisa norteamericana contra las principales monedas del mundo, tiene su impacto en la Argentina. En la medida que la cotización local se mantenga estable, la economía argentina profundizará su atraso cambiario. Esto se vio en los últimos días con el ingreso de los dólares del blanqueo. Y a lo largo de 2017 habrá muchas colocaciones de deuda que también incentivarán el ingreso de divisas. De producirse este escenario, será todavía más complicado para la industria y para otros sectores como el turismo (porque la Argentina se encarece en dólares mucho más que otros países). Tampoco Brasil aportará demasiado: la situación política sigue endeble y, tal como sucedió aquí, la reactivación quedó apenas en un amague.

Ingresar en un año electoral es un arma de doble filo. Por un lado incentiva al gobierno a tomar medidas “pro crecimiento”, impulsando el consumo y el gasto público. Aunque esto de por sí dificulta la baja del déficit al 4,2% del PBI. Pero a medida que el calendario se acerque a octubre, los inversores se pondrán mucho más cautelosos. Le exigen a Mauricio Macri un buen resultado electoral como confirmación que el cambio va en serio. Mientras tanto, es posible que se demoren decisiones y también que aumente el riesgo país ante la búsqueda de refugio hasta conocer el resultado de los comicios.

Las masivas adhesiones al blanqueo en los últimos días confirman el éxito del sinceramiento fiscal lanzado por el gobierno. La cifra récord también será leída por los mercados como un espaldarazo a la gestión de Macri, aunque en el fondo hay otras razones objetivas que llevan a la gente a ingresar. Es en realidad más el temor a ser descubierto que a los beneficios de contar con dinero blanqueado lo que impulsó a muchos a tomar la difícil decisión.

El blanqueo le dará aire al gobierno para terminar diciembre con un menor nivel de déficit y cumplir con la meta de 4,8% del PBI antes del pago de intereses y sin contar provincias. De lo contrario, se hubiera ubicado en alrededor de 5,5%. Cuando se complete la última etapa, que es la del blanqueo de inmuebles hasta marzo, lo más probable es que la cifra supere los 60.000 millones de dólares. Niveles que nunca antes se habían observado en la Argentina y cuyo efecto es indudable para la economía.