Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Griesa les dio sepultura a los holdouts

Griesa les dio sepultura a los holdouts. Análisis económico La Nueva. Bahía Blanca

Tres fondos que iniciaron un litigio contra el gobierno argentino en medio del acuerdo con los holdouts vieron clausurada cualquier posibilidad de seguir avanzando con el juicio. El juez Thomas Griesa tomó dos decisiones clave: consideró que la Argentina cumple con el tratamiento igualitario con los acreedores y al mismo tiempo determinó que la mitad del reclamo (equivalente a u$s 250 millones en bonos) ya prescribió, tal como había decidido en su momento el propio ministerio de Hacienda en medio del proceso de arreglo con los acreedores.

El juicio fue iniciado por tres fondos que conservan bonos argentinos por u$s 500 millones. White Hawthorne, Bybrook Capital y Trinity Investments se presentaron ante el magistrado del Distrito Sur de Nueva York por la decisión del gobierno de no aceptar la mitad de los títulos que tenían en su poder. El argumento era que los plazos para litigar ya habían prescripto, ya que habían pasado más de seis años desde la compra de esos papeles.

En el fallo que se conoció a fines de la semana pasada, Griesa le dio un espaldarazo al gobierno argentino, al considerar que la mitad de los títulos presentados no pueden ingresar al canje que propuso el gobierno. Esto significa que esos bonos tienen un valor equivalente a cero, ya que según determinó el juez ya se perdió el derecho de litigar.

Pero además, la decisión de Griesa avanza sobre el tema de fondo: el status de la cláusula “pari passu”, que es la que establece que un acreedor debe darle un tratamiento igualitario a todos sus deudores. En abril, para permitir que la Argentina pudiera negociar la salida del default el magistrado levantó la medida cautelar (en la jerga financiera “injuction”), pero nunca se había pronunciado sobre la cuestión de fondo del juicio que habían iniciado holdouts como NML Securities.

Ahora, Griesa sí profundiza en la famosa cláusula y establece que el “pari passu” se aplicó a la Argentina aún cuando más del 95% de los acreedores había aceptado entrar al canje de 2010 por una serie de motivos. Uno de ellos es que el gobierno se habían comportado como un “deudor recalcitrante”, es decir con actitudes que buscaban confrontar en forma permanente con los acreedores.

Otro de los motivos es la existencia de la “ley cerrojo”, la cual impedía que los acreedores que quedaron fuera de los canjes pudiera negociar con el gobierno su ingreso en las mismas condiciones que lo había hecho el resto. El Congreso, sin embargo, derogó dicha restricción lo que resultó fundamental para que se pudiera arreglar con los bonistas.

De esta forma, el juez dejó en claro que la cláusula “pari passu” tuvo una interpretación extrema en el caso argentino, debido a las características especiales mencionadas anteriormente. Pero deja trascender que en otras reestructuraciones de deuda que se produzcan, nada de esto sucederá si el deudor se muestra cooperante y decide sentarse a negociar con los acreedores y con la Justicia.

Incluso luego del acuerdo con los principales acreedores que permitió a la Argentina la salida del default vinieron otros bonistas que también entraron en transacciones similares. Por lo visto, aún quedan algunos fondos con tenencia de títulos argentinos que no entraron en ninguna instancia en el pasado. Ahora sólo les queda arreglar en las mismas condiciones de aquellos que lo hicieron en el segundo trimestre de este año. Con su último fallo Griesa dejó en claro que no hay margen para otra cosa.

Macri ya había transmitido a sus ministros la preocupación por evitar cualquier desborde de las metas comprometidas: “No nos podemos pasar del 4,8% comprometido para el rojo de este año. Tenemos que hacer lo que sea necesario para lograrlo”, les dijo a sus ministros a principios de diciembre.

Así fue como se frenaron pagos clave, por ejemplo en el área de obra pública. Pero casi todos los ministerios tuvieron que recortar gastos, al menos hasta que arranque enero con el objetivo de evitar un impacto fiscal mayor.

Pero la tranquilidad llegó con los números del blanqueo, que recaudó un total de 82.000 millones y todavía no se conocen los datos de los últimos días de diciembre. Semejante resultado permitirá cumplir con la meta establecida para el déficit de este año.

Así, el blanqueo representa un importante impulso para la economía de cara al 2017, coincidiendo con el recambio de gabinete. No sólo aportará recursos (aunque por única vez) para cerrar las cuentas de este año, sino que también aportará fondos para el arranque del año que viene. El Presupuesto aprobado establece una reducción del déficit a 4,2%, nada fácil en un año electoral. Pero los fondos adicionales que se esperan del sinceramiento fiscal podrían ayudar para conseguirlo. La reactivación económica y más cuidado en el gasto público deberían hacer la tarea algo más fácil.

El resultado del blanqueo se trata de un envión que recibe la economía sobre el cierre del año, y aporta cierta tranquilidad en el frente fiscal.