Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Apuro por conseguir plata fresca

Fotos: Archivo La Nueva.

   Ni bien arrancó el año el flamante ministro de Finanzas anunció una colocación de deuda en el mercado internacional. Si bien dejaron trascender que la cifra rondaría los U$S 5.000 millones, rápidamente quedó en claro que los montos que precisa el gobierno son muy superiores. De hecho, el Ejecutivo autorizó salir a buscar deuda emitida bajo ley extranjera por U$S 20.000 millones.

    El 2017 tiene una característica particular que plantea un panorama cuanto menos desafiante para Luis “Toto” Caputo, el titular de Finanzas. No sólo se acumulan fuertes vencimientos de deuda, sino que además el déficit fiscal de este año superará los 4 puntos del PBI, lo que significa salir a buscar unos U$S 20.000 millones adicionales. Por eso, la decisión es “curarse en salud” y salir a cubrir esos baches lo más rápido posible.

    En abril, sin irse demasiado lejos, la Argentina tiene por delante el mayor vencimiento de deuda de los últimos años. Son U$S 7.000 millones del Bonar 2017. Pero la refinanciación de este título no resultaría al final tan compleja por el blanqueo.

    Se estima que hasta 3.000 millones de dólares serían aportados hasta marzo a través de este mismo título, que permite blanquear manteniendo la penalidad del 10%, cuando de otra forma debería pagarse el 15% (ya que el costo de la multa para los blanqueadores tardíos aumentó un 50%).

    El apuro de Caputo es comprensible. La Argentina tiene una necesidad real de salir a buscar fondos para cubrir el rojo de las cuentas públicas. Y al mismo tiempo, la volatilidad podría crecer en las próximas semanas, a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, que asumirá el 20 de enero.

El efecto Trump

    El ya electo presidente sostiene no ha moderado demasiado ni sus posturas extremas ni su lenguaje a pocos días de tomar el poder, lo que empieza a generar incipiente preocupación entre los inversores.

    La intención del gobierno es aprovechar la “ventana” de financiamiento que se volvió a abrir en las últimas semanas, ante la recuperación de la deuda argentina. Por eso se estima que si el mercado acompaña la emisión de bonos será bastante mayor a los U$S 5.000 millones anunciados. La elección de media docena de bancos para acompañar la colocación estaría dando cuenta de un monto bastante mayor.

    Imposible asegurar hasta cuándo puede durar esta nueva luna de miel que vive Wall Street y la Argentina. Por lo pronto, los bonos locales mantienen rendimientos superiores a sus pares regionales.

    Los títulos que vencen en plazos que van de siete a diez años se ubican en niveles de 7%, comparados con rendimientos de 4 a 5% anual en dólares que pagan otros papeles de la región. Por eso, aún con las dudas que existe en relación al déficit fiscal y el futuro de la política económica del país las apuestas siguen a la orden del día.

    Pero además del “efecto Trump”, el ministro de Finanzas sabe que el financiamiento se volverá más complejo a medida que se acerquen las elecciones legislativas en octubre, teniendo en cuenta que habrá primarias en agosto. La segunda mitad del año, por lo tanto, estará teñida por este factor clave.

    Muchos inversores extranjeros esperarán para ver hasta qué punto se consolida este proyecto político y si hay posibilidades de volver a un régimen más parecido al que gobernó la Argentina en los últimos 13 años.