Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Inversores, con más confianza

El resultado del blanqueo marcó un antes y un después para los inversores extranjeros.

La expectativa favorable que despertó la llegada de Mauricio Macri, al promediar el 2016 se había transformado en un mar de dudas relacionado con una recesión más profunda que la esperada, pero sobre todo interrogantes relacionados con la viabilidad política de la nueva administración.

Sin embargo, todo parece haber vuelto a su cauce normal desde el arranque del año.

Los casi 100.000 millones de dólares que los argentinos ingresaron en el Sinceramiento Fiscal terminaron de convencer a muchos que aún se mantenían escépticos sobre el proceso que atraviesa el país.

En prácticamente todos los mercados emergentes se ha producido un fenómeno parecido en las últimas décadas: son los locales los que primero deciden invertir y recién después aparecen los extranjeros.

Pero además del blanqueo se sucedieron una serie de datos favorables.

La inflación de los últimos meses va confluyendo a la meta oficial del 17% y los signos de reactivación están cada vez más extendidos.

El campo es el sector más pujante, pero acompaña el real estate, junto a la venta de autos.

El consumo también muestra un repunte, aunque más paulatino que en otras épocas.

De la misma manera, el crédito también consolida su recuperación luego de un llamativo parate en el primer semestre de 2016.

Desde el punto de vista de la política económica también aparecen signos positivos.

La suba de la luz tendrá un impacto en la inflación de febrero, que pegará un salto por encima de 1,5, pero al mismo tiempo representa un ahorro para el Estado que tendrá que pagar menos subsidios.

La posibilidad de llevar adelante el ajuste gradual de tarifas también resulta un elemento alentador para muchos que creían imposible remontar el monumental atraso en las tarifas que dejó el kirchnerismo.

Esta mejoría se siente también en la evolución de los activos financieros.

En lo que va del año tanto el gobierno como las empresas y las provincias consiguieron 11.000 millones de dólares, con lo cual despejaron cualquier duda sobre el acceso al financiamiento en un año de muchos vencimientos y elevado déficit fiscal.

La buena noticia es que los bonos argentinos cotizan firmes y las nuevas emisiones del gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires subieron de precio inmediatamente después de haber arrancado a cotizar.

También se percibe ingreso de fondos en el mercado accionario, que mantiene el espectacular rally que comenzó en 2013 pero que se mantiene tres años y medio después.

Pero no son pocos los que creen que esta suba continuará, apoyada por el ingreso de la Argentina al índice de mercados emergentes, luego de haber estado más de una década entre los países considerados “fronterizos”.

Esta recalificación automáticamente permitiría a una gran cantidad de fondos internacionales sumar activos argentinos que hoy por reglamento no pueden incorporar.

Una prueba de este interés es que uno de los fondos internacionales de mayor relevancia, Black Rock, ofrecerá un nuevo índice que apostará por acciones argentinas. También representa una atractiva puerta de entrada para inversores que quieren comprar papeles argentinos y no encuentran el vehículo para hacerlo.

Las dudas, firmes

Pero las dudas no desaparecieron ni mucho menos.

A medida que se acerquen las elecciones lo más probable es que aumente la volatilidad y los activos locales empiecen a sufrir el efecto.

La provincia de Buenos Aires será nuevamente la “madre de las batallas”.

Será un importante termómetro para medir hasta qué punto se puede consolidar el proyecto de Cambiemos o, por el contrario, qué referente de la oposición aparece con buenas chances para llegar al poder en 2019.

La caída del dólar luce, en este contexto, como el fenómeno más marcado de las últimas semanas.

No sólo son los fondos del blanqueo. También los dólares que ingresan por las emisiones de bonos.

Pero esa oferta de dólares supera largamente a la demanda, lo que provocó que el tipo de cambio mayorista cayera a niveles de 15,50 pesos.

El Banco Central, mientras tanto, se mantiene al margen del mercado.

Su titular, Federico Sturzenegger, ya explicitó que por el momento sólo irá comprando los dólares que consiguió el Tesoro en su última emisión de deuda.

"El tipo de cambio no es un ancla de nada para este BCRA, así como tampoco es un elemento que será manipulado adrede como herramienta de corrección", sentenció el economista en más de una oportunidad, tratando de borrar todo lazo con el pasado reciente.

Pero tanto la provincia de Buenos Aires como las empresas que colocaron deuda deberán cambiar esas divisas a pesos en el mercado cambiario, lo que provocaría aún más presión bajista para la divisa.