Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Paro sindical con el consumo en la mira

La convocatoria al paro general para el 6 de abril que anunció la cúpula de la CGT se caída de maduro. La presión que habían tenido los gremios en la accidentada marcha de la semana pasada no les dejaba mucho margen de maniobra.

Pero hoy la protesta social en la Argentina está claramente partida en dos. Por un lado los gremios tradicional que mantienen líneas de contacto con el gobierno y que están en su mayoría enfrentados con la ex presidenta Cristina Kirchner.

Pero luego están las organizaciones sociales que representan a cooperativistas y grupos de izquierda, hoy mucho más combativos y dispuestos a redoblar la apuesta con el gobierno de Cambiemos.

La movilización en las calles y los cortes permanentes son la manera de complicarle la vida al oficialismo.

A pesar de la medida de fuerza, que es la primera que sufre el gobierno, pasó una semana en la que hubo muchos contactos con distintos gremios.

Hubo cierta reacción por parte de los funcionarios que recibieron el martes a los principales sindicatos de sectores “sensibles”, o sea los más afectados por la caída de la actividad en 2016 y una política económica menos cerrada que la anterior.

La tan mentada avalancha importadora no es tal, al menos en la mayoría de los sectores. Pero es cierto que en algunos productos puntuales como heladeras y calzado se notó una mayor competencia del exterior.

En los encuentros mantenidos con los principales gremialistas de sectores sensibles como calzado, indumentaria, siderurgia y cerámicos, las charlas derivaron en la preocupación central hoy: cómo conseguir que se reactive la economía.

Todos coinciden en que ése será el principal antídoto para frenar los despidos que no son generalizados pero que sí se producen en algunos rubros y empresas.

Según los sindicalistas, la mezcla de menores ventas y más importaciones provocó una grave situación en estas industrias.

Pero lo cierto es que se trata de sectores escasamente competitivos y que invirtieron muy poco en los últimos años. Precisan, en realidad, de un mercado muy cerrado y precios altos para poder salir a flote.

En esos encuentros, tanto el ministro Jorge Triaca como el de Producción, Francisco Cabrera, se mostraron optimistas por el repunte que se avecinaría en los próximos meses.

Entre los principales de esa reactivación se encuentran las mejores salariales que se darán entre abril y junio, la inflación descendente, la reparación histórica a jubilados y el Plan Procrear, que además de otorgar créditos hipotecarios también financiará la construcción de viviendas.

Pero el acercamiento con los sindicatos también se dio con el anuncio del acuerdo automotor para llegar a fabricar un millón de autos y generar 30.000 puestos de trabajo en los próximos años. Tal como había sucedido con los petroleras, también fueron tres patas las que trabajaron en conjunto: Estado, empresas y en este caso dos sindicatos, SMATA y UOM.

“Anuncian un paro general ahora porque después no van a tener motivos para hacerlo”, decía medio en broma y medio en serio un alto funcionario ni bien trascendió la noticia del paro.

Aunque por el momento todo es depresión, las señales alentadoras de mejora de actividad mantienen animado al gobierno y con la esperanza de que la recesión ya para mediados de 2017 será un recuerdo lejano.

Es difícil verlo e esa manera en medio de un proceso en el que la demanda interna sigue sin mostrar reacciones favorables luego de más de un año consecutivo de caídas.