Toda la expectativa puesta en este trimestre

Pablo Wende

Las fichas del Gobierno están puestas en la reactivación que se pueda producir a partir de ahora y que casi todo el mundo da por descontada. No sólo la cosecha récord debería ser la gran locomotora de la recuperación, sino que también los aumentos salariales tras las paritarias deberían hacer lo suyo. Así, los tímidos “brotes verdes” que aparecieron hacia fines del año pasado deberían consolidarse a partir de ahora.

Nada demasiado nuevo, en realidad, para la historia de los últimos años de la Argentina. Por lo general siempre esta parte del año es favorable, por el ingreso de dólares de la soja y las paritarias, que le dan un alivio a los salarios.

Pero además el serrucho que muestra la economía por lo menos desde 2010 marca qe en años electorales la economía crece en base a un fuerte estímulo del consumo para luego volver a derrumbarse al año siguiente, el del ajuste. Por lo pronto, el -2,4% del año pasado debería ser compensado por una mejora de la actividad cercana a 3% en 2017. La gran pregunta que se hacen adentro y afuera es si en esta oportunidad esta reactivación llegó para quedarse. “Si conseguimos que durante diez años la economía crezca 3%, sencillamente desaparece la pobreza. Parece un crecimiento bajó pero al mismo tiempo es muchísimo”, le explicaba a inversores extranjeros el ministro de Finanzas, Nicolás Dujovne.

Al subirle la nota a la deuda argentina, la calificadora Standard and Poor´s planteó una visión bien optimista de lo que hay por delante: “Calculamos que la economía crecerá 3% por año hasta el 2019 y que la inflación estará en un dígito en el 2020”. Aunque no lo menciona, esta proyección considera que el Gobierno tendrá éxito a la hora de bajar gradualmente el déficit fiscal.

Pero no todos piensan igual. Quienes creen que se volverá al sube y baja de los últimos tiempos argumentan que esta reactivación es simplemente eso, un rebote luego de una caída fuerte. Pero que la falta de inversión explicada por la alta presión tributaria y un difícil mercado laboral entre otros factores hará mucho más complicada la salida.

En el “semáforo” que tienen en el ministerio de Hacienda para evaluar la marcha de los distintos sectores de actividad ya hay luces más verdes que rojas. Es decir que si bien la recuperación no es homogénea estaría llegando a más segmentos, junto con una recuperación de los puestos de trabajo que se perdieron durante 2016.

Pero para acelerar la recuperación el Gobierno apeló a medidas bien pragmáticas. Por un lado repuso los programas de cuotas sin interés, luego de la experiencia fallida de Precios Transparentes, que desplomó las ventas en febrero y marzo. Pero al mismo tiempo se busca que el crédito actúe como una fuerte palanca. Las líneas personales están aumentando fuerte, más del doble que la inflación, y se prometen fuertes desembolsos de la banca pública para préstamos hipotecarios, con un objetivo doble: que el crédito y la construcción apalanquen la mejoría.

Además de la mejora de la calificación, los u$s 116.500 millones que arrojó el blanqueo también abren una expectativa fuerte. Por lo pronto el titular de AFIP, Alberto Abad, recaudó $ 150.000 millones por el impuesto especial. Pero ahora habrá una tendencia natural a que esos dólares se vuelquen a títulos públicos, ya que tienen exenciones tanto de IVA como de Ganancias. Resta ver, en todo caso, hasta qué punto semejante cantidad de dólares terminará volcándose a inversiones reales. Abad considera que eso sucederá: “Ya hay 1.500 millones de dólares que fueron del blanqueo a la compra de autos o viviendas. Y a medida que pasen los meses se volcarán más recursos porque la gente ahora podrá disponer de sus fondos y no tendrá que seguir escondiéndose”, explicó en una reunión de esta semana con empresarios.

La Argentina sigue de moda entre los extranjeros. En la última semana fue incesante la cantidad de empresarios internacionales que llegaron a Buenos Aires para participar de tres eventos: el más numeroso fue el “Davosito”, pero además también hubo una jornada del Institute of International Finance, la entidad que agrupa a 350 grandes bancos de todo el mundo.

Los inversores quieren estar seguros que el Gobierno seguirá su hoja de ruta. No es casualidad que el Presidente Mauricio Macri haya declarado ante la agencia Bloomberg “no hay Plan B”. Dejando en claro que los principales lineamientos económicos serán sostenidos durante su gestión.

Las elecciones de octubre todavía aparecen como algo más bien difuso para los extranjeros. Pero se va instalando la idea de que el gobierno no tendrá un mal desempeño. En ese sentido, la campaña de polarización está dando resultado