Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Soledad Villamil graba un disco con canciones propias

Además, se encuentra rodando la película Las grietas de Jara, un thriller basado en el best seller de Claudia Piñeiro, con Oscar Martínez y Joaquín Furriel.
La cantante y actriz Soledad Villamil también admite que “el cine te brinda posibilidades únicas”.

Soledad Villamil despliega desde hace dos décadas una intensa actividad musical, desarrollada acaso con menor exposición que su carrera actoral, y que desembocará ahora en la grabación de un nuevo disco de composiciones propias, que será anticipado desde mañana en el Centro Cultural Torquato Tasso, en el barrio porteño de San Telmo.

"A esta altura puedo decir que el espectáculo que presentamos resiste el encasillamiento de espacios, públicos y géneros. Me he ido moviendo por distintos lugares y ha habido simplemente un tránsito hacia la canción que es reconocido", sintetizó Villamil, de 47 años, al juzgar en perspectiva las casi dos décadas transcurridas desde Recuerdos son recuerdos (1997) y Glorias porteñas (1998), espectáculos en los que se ganó la carta de doble ciudadanía de actriz y cantante.

El contraste entre su trabajo como actriz (ahora se encuentra rodando la película "Las grietas de Jara", del director Nicolás Gil Lavedra) y su desarrollo en la industria musical aparece naturalmente en ese recorrido.

"La música es mi ámbito de creación, donde me expreso con plena libertad. Como actriz, y especialmente en el cine, soy un engranaje de una maquinaria pensada por otro. Son dos lugares diferentes. Hay un contraste muy claro, pero después de tantos años es una ambivalencia en la que me manejo con comodidad", apuntó.

Villamil, que integró el elenco de la ganadora del Oscar "El Secreto de sus ojos" de Juan José Campanella, irrumpió como actriz en los 90 como integrante del elenco de la película "Vivir mata" (1990), de Bebe Kamín. Enhebró desde entonces una trayectoria imponente en cine, teatro y televisión. Sólo en la pantalla grande se pueden citar sus trabajos en "Un muro de silencio", de Lita Stantic; "Dónde queda el paraíso", de Beda Docampo Feijoo; "El sueño de los héroes", de Sergio Renán; y "La vida según Muriel", de Eduardo Milewicz.

Villamil recibió a Télam en medio del set de rodaje de la película "Las grietas de Jara" (un thriller basado en el best seller de Claudia Piñeiro y que cuenta con las presencias de Oscar Martínez, Joaquín Furriel y Santiago Segura) y reflexionó sobre su presente artístico.

--Al mismo tiempo que avanzás hacia un formato más lejano a la idea de género, sos convocada desde espacios como el Tasso o el Festival del Chamamé que tienen justamente esa marca como identidad, ¿Cuáles son los espacios del circuito musical en los que tu música se acomoda mejor?.

--Con los años he hecho un tránsito hacia afuera del género, pero fue algo progresivo. Una cosa fue llevando a la otra. Y la verdad es que nunca imaginé llegar tan rápido a un disco enteramente de composiciones propias. O en los que hago la letra o la música con alguien. Me gusta hablar de la idea de "parcerías" (acuerdo de colaboración), como dicen los brasileños.

--¿Qué diferencia de estímulos encontrás entre el ambiente musical y el trabajo actoral?

--Son dos ámbitos muy diferentes pero a esta altura también muy cómodos y que me permiten estar relajada. La música es el terreno de la libertad, el terreno de mi proyecto personal, de la creación pena. Ahí hago y deshago según yo decida. Es un lugar de mucha exigencia y responsabilidad. El cine es otra cosa. Aun en un papel protagónico, estás trabajando al servicio de lo que pensó otro, de lo que escribió otro. Sos un engranaje en una maquinaria.

Y a la vez el cine presenta posibilidades únicas. Se arman los equipos como cuando se arma un seleccionado de fútbol. Te llaman a trabajar con personas que admirás y resulta muy estimulante. Eso no existe en otro ámbito. Y me pasa en esta película que estamos rodando ahora, "La grieta de Jara", que es una película con personajes con muchas capas dentro de una película de género, que es algo que yo consumo.

En general son convocatorias que resuelvo por intuición y desde la lectura del guión. Pero si podés elegir con quien trabajar y te convocan para trabajar con un seleccionado, no existe nada más estimulante.