El Circo Rodas despliega toda su magia en escena

Redacción de La Nueva.

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Laura Gregorietti

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“El circo crea belleza que le hace bien al alma”, dijo el Papa Francisco sobre uno de los entretenimientos más antiguos de la humanidad.

Después de 25 años sin tocar suelo bahiense, el Circo Rodas -la empresa creada por Miguel Percudani en los años 80- desembarcó en nuestra ciudad con toda su “artillería”, destinada a entretener durante las dos horas que dura el show, a chicos y grandes de la familia.

Sábados, domingos y feriados los artistas salen a escena a las 16, 18.30 y 21, los jueves y viernes a las 18.30 y 21, y todos los días, a las 21, en la carpa que está instalada en el playón del estacionamiento del Bahía Blanca Plaza Shopping, en avenida Alberto Pedro Cabrera y Fragata Sarmiento.

Según informaron, las tarjetas del shopping y del Banco Río poseen promociones y descuentos para las entradas.

La magia del Circo Rodas pone en escena a 45 artistas, bailarines de malambo acrobático, equilibristas, contorsionistas, el globo de la muerte, las aguas danzantes, payasos, músicos y más.

“Acá hay payasos chilenos, brasileños, peruanos, dos globos de la muerte con 6 motociclistas, cantantes y magos. Hay artistas de primera, como el chico del diábolo que es venezolano, el payaso chileno 'Chicharrín', que además es músico, toca la trompeta y es uno de los encargados de interactuar con los chicos del público”, contó César Bastías, de 38 años, uno de los motociclistas que desafían al globo de la muerte.

Premiados nuevamente con el Estrella de Mar 2017 al mejor espectáculo circense, el Rodas trae entre su colorido repertorio, un espectáculo de “aguas danzantes” con 50 mil litros de agua renovables que se propulsan con bombas hidráulicas que “bailan” al compás de la música y que sólo existe uno similar en la ciudad de Las Vegas, además de ser el único circo que posee dos globos de la muerte funcionando al mismo.

“Marcamos un récord Guinness años atrás en Mar del Plata con diez motociclistas andando en moto en un solo globo”, recordó uno de sus protagonistas quien a la vez agregó que el circo propone “diversión garantizada para toda la familia”.

Según datos propios, el Rodas lleva recorridas 400 ciudades del país y todo Sudamérica, sumando unos 35 millones de espectadores.

La carpa posee una fachada de 85 metros, iluminada por 15 mil lámparas, que requiere unas 72 horas para armar la estructura que posee unas 3 mil butacas. Para Bahía Blanca armaron 2 mil.

Más de 35 técnicos están al servicio de la megaconstrucción, quienes son los encargados de instalar unos 200 kilómetros de cables eléctricos, 60 luces robotizadas, 20 toneladas de decoración y dos generadores eléctricos, todo conjugado de manera perfecta para la presentación exitosa de los 40 artistas que salen a escena a lo largo de las dos horas que dura el show.

Para armar la estructura de la carpa, que se encuentra calefaccionada, se necesitaron unas 150 personas.

El mundo del circo

“Es sacrificado el mundo del circo, pero hoy en día la tecnología ha colaborado mucho para que esta vida sea más amena. Por ejemplo, hace unos 60 o 70 años atrás, llegabas al terreno donde tenías que armar la carpa y no tenías agua ni luz. Hoy tenemos las casillas rodantes con generadores de luz y bombas de agua propias. Para hacer 100 kilómetros tardabas tres horas, hoy con casilla y todo ese mismo recorrido, lo haces en una hora ”, contó César Bastías quien llegó al mundo del circo de la mano de sus padres cuando tenía 10 años.

“No estamos acostumbrados a vivir mucho tiempo en una ciudad. Por lo general, estamos 2 meses en algún lugar y yo, ya me quiero ir. Mucha gente nos pregunta por los chicos que hay en el circo, los que están en edad escolar y eso también cambió. Los chicos estudian, los menores en el lugar donde nos instalemos, la escuela más cercana al circo tiene la obligación de tomarlos por el tiempo que sea, y los más grandes rinden las materias libres. Nuestros chicos estudian, saben leer y escribir”.

Si bien trabajan todo el año, entre las ventajas de vivir en un circo César mencionó la posibilidad de conocer muchas ciudades y países.

“Trabajamos todo el año, ahora venimos de Mar del Plata. Cuando la gente va a veranear nosotros trabajamos, y a la vez veraneamos también. Yo por ejemplo me conozco Sudamérica y casi todos los países limítrofes, y Argentina, desde Ushuaia hasta la Quiaca, gracias al Circo. En los últimos años pasamos por Brasil , Uruguay, Chile y Paraguay, todos países donde nos han recibido siempre muy bien y del que tengo los mejores recuerdos".