Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Germán Paoloski, ahora también en Nat Geo

“Me gusta irme cuando el programa está bien, no cuando está en decadencia”, aclaró el conductor.
Germán Paoloski no se cansa de llevar a buen puerto programas de TV.

Agencia Télam

El conductor y periodista Germán Paoloski acaba de sumar a sus largas jornadas diarias de televisión y radio en vivo el estreno de la segunda temporada del programa científico Asombrosamente, por Nat Geo.

Afirmó que su carácter “inquieto” y “curioso” lo lleva a dejar sus ciclos “cuando el programa está bien, no cuando está en decadencia” y que hoy elige el cable porque hay menos “locura” y “vorágine” que en la televisión abierta.

La nueva entrega de Asombrosamente, cuya primera temporada fue nominada al premio Emmy Internacional, está compuesta por ocho episodios de 30 minutos que pueden verse a las 22 de a 2 por cada domingo de mayo, y luego en la app de Fox junto con la primera temporada completa.

La propuesta busca explorar cómo funciona el cerebro humano mediante entretenidos experimentos en los que las últimas investigaciones en neurociencia se ponen a prueba con el público en su casa y con transeúntes de Buenos Aires, Bogotá, Ciudad de México y Houston.

Se trata del segundo programa de divulgación en el que trabaja Paoloski, ya que además de Vuelta y vuelta en las tardes de Radio Rivadavia y el 'late show' Nunca es tarde por Fox Sports, también conduce Todo tiene un porqué todos los días a las 19 en la Televisión Pública.

Un tipo inquieto

Paoloski comenzó en el periodismo deportivo, pero lleva una carrera que se niega a los encasillamientos, con experiencias en el noticiero de la medianoche de Telefe, el más descontracturado Pura Química por ESPN y hasta el magazine La mesa está lista en los mediodías de El Trece, que finalizó precozmente el año pasado por los bajos ratings.

“Soy bastante inquieto, le huyo un poco a la comodidad. Me gusta incursionar en diferentes programas, me gusta explorar, tener otras experiencias. Hoy tengo la posibilidad de elegir los trabajos y decidir lo que tengo ganas de hacer, pero nada es eterno, todo tiene un ciclo y en algún momento me cansaré y trataré de hacer otra cosa”, aclaró Paoloski.

-A excepción de “La mesa está lista”, a menudo dejaste los programas cuando aún eran un éxito.

-En general me gusta ir manejando mis propios tiempos, salvo que haya una interrupción forzada como es el caso de El Trece, porque evidentemente si hay algo que no funciona en la televisión abierta no hay mucha paciencia. Es así, son las reglas del juego. Pero después, con Pura Química o antes con Fútbol para todos o Diario de medianoche yo me fui sin que me echen, me fui con gente pidiéndome que me quede. Entendía que había ciclos que se habían agotado. Me gusta irme cuando el programa está bien, no cuando está en decadencia o en declive.

-Ese enfoque no es el más habitual en el medio.

-Hay programas que han durado muchos años y se mantienen y tienen rating y están bien. Me parece fantástico. Ahora, yo me aburro. A lo mejor el televidente lo espera y quiere que aparezca ese programa, pero yo me aburro y necesito hacer otra cosa y siento que me estoy achanchando.

-¿Sentís que este momento es más propicio para el cable, con el público diseminado en más pantallas?

-Hoy yo no veo una diferencia tan abismal entre la tele de cable y la de aire. El cable está en muchos hogares, el público salta del aire al cable con mucha facilidad. Me parece que esa brecha se va cerrando, cada vez estamos más cerca del aire.