Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Bocca trae el “Hamlet ruso” al teatro Opera

El exbailarín, a cargo del Ballet Nacional Sodre, de Uruguay, se presentará en mayo en la capital.
“Hay excelencia, hay respeto, hay disciplina", así se trabaja en la compañía de ballet de Uruguay”, destacó Julio Bocca.

El coreógrafo Julio Bocca, quien desde 2010 dirige el Ballet Nacional Sodre, de Uruguay, con el cual presentará del 10 al 13 de mayo la obra Hamlet ruso, en el Teatro Ópera, destacó la importancia de buscar la “excelencia” en su labor y remarcó que esa postura se impone “más aún si se trabaja con el dinero de la gente y se representa a un país”.

“En el Ballet Nacional Sodre hay excelencia, hay respeto, hay disciplina. Es una compañía que trabaja de manera normal, como ocurre en otras partes del mundo. Así debe ser, más aún si se trabaja con el dinero de la gente y se representa a un país”, manifestó Bocca, en una entrevista con Télam.

En tal sentido, el bailarín destacó “el cambio de mentalidad” que logró imponer en el ballet uruguayo, a partir de la implementación de contratos anuales, entre otras cosas, que obliga a los profesionales a mantenerse “en forma”.

Ese nivel de exigencia permite que, actualmente, el Sodre pueda encarar una producción como la que el público argentino podrá ver en mayo, en una obra que tuvo al propio Bocca como protagonista, con el propio creador, el coreógrafo Boris Eifman, como director.

Precisamente, con Bocca en rol del Príncipe Pablo, esta historia basada en el derrotero de la dinastía Romanov, con sus luchas de poder y su impacto en la psiquis del protagonista, fue presentada en el Estadio Luna Park, en 2005.

Instalado en Montevideo desde 2010, en donde logró posicionar al Sodre entre las grandes compañías del mundo, Bocca hizo una visita relámpago a Buenos Aires para anunciar la presentación de mayo próximo y, en este contexto, conversó con esta agencia sobre su rol como director, su relación con el público argentino y su visión sobre la forma en que se debe encarar esta labor.

¿Qué podría comentarnos de esta obra que presentará en Argentina?

--Es la tercera vez que vendremos al país pero la primera vez con todo el ballet completo. Es todo un esfuerzo pero también es una manera de mostrar el trabajo que estamos haciendo. Es una obra muy especial porque yo la hice bajo las órdenes de Boris Eifman y tuve la suerte de trabajarla, desarrollarla y contar con todos los tips que el coreógrafo me fue tirando, así que ahora se los puedo pasar a los bailarines. Es una obra muy rica. Coreográficamente es exquisita, muy musical y, para las primeras figuras, es muy rica para su interpretación, porque contás una historia fuerte, dura. También es de una gran riqueza en lo relativo al crecimiento del artista a lo largo de la función. Así que es muy completa, con un vestuario y escenografía imponentes, muy grupal. No estamos viniendo con un ballet clásico que la gente estás acostumbrado a ver, sino que es algo diferente. Y además, ayudará a que siga creciendo esta relación que estamos teniendo con el público argentino.

¿Siente que la respuesta del público será igual que en 2005 aunque no sea usted el protagonista?

--Siempre lo que más va a vender es mi nombre. La gente sabe que siempre cuidé los detalles como bailarín, así que creo que va a ir por eso, pero se va a sorprender. Las dos veces anteriores que estuvimos, la respuesta del público fue muy linda para con la compañía, no sólo cuando salí a saludar yo. En España, la gente quedó sorprendida del nivel que había, de la conducta y de la ductilidad del ballet, así que creo que aquí también se va a disfrutar a nivel compañía.

A la hora de dirigir, ¿en cuánto ayuda el hecho de haber protagonizado esta obra?

--Trato de transmitir las palabras y los gestos que el coreógrafo me transmitió a mí. Pero cada elenco es diferente, entonces busco que cada uno trate de transmitir lo que la obra pide, pero sin que se pierda la personalidad de cada bailarín. Antes, un coreógrafo decía cosas y uno trabaja de interpretar. Yo escuchaba y hacía, pero no preguntaba ni respondía.