Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Fugados y desprevenidos

   Mi querido lector agobiado por el calor no pretendo avivar el fuego, ni agitar las aguas, sino ofrecer líneas de pensamiento, las líneas de acción se entremezclan con la utopía y las certezas, con las ilusiones y lo ya sabido.

   Nombres que para algunos son desconocidos, casi inexistentes, para otros son significativos, allí transcurren sus vidas, se entretejen sueños y proyectos: Cuchillo Có, La Adela, Caleu Caleu, Pichi Mahuida, Alsina, General Conesa, Patagones, Villarino; lugares que se reparten entre las provincias de La Pampa, Río Negro y Buenos Aires. Hectáreas e historias convertidas en cenizas, años de trabajo y sacrificios arrasados por el fuego.

   Como una cachetada de la Naturaleza, devenida en temporal, empapa, inunda y desborda lugares para algunos desconocidos, casi inexistentes pero significativo para sus habitantes: Arroyo Seco, Villa Gobernador Gálvez, Pueblo Esther, Fighiera, General Lagos, Empalme y Villa Constitución, provincia de Santa Fe.

   Gracias a la célebre María Elena Walsh, elijo creer que para la gran mayoría la Quebrada de Humahuaca, resulta un lugar conocido, significativo: “había una vez una vaca…”; seguramente se torna desconocido, casi inexistente para algunos, pero significativos para otros: Volcán, Tumbaya, Barcena, provincia de Jujuy. Aluvión de barro, rocas y agua se lleva consigo sueños, historias y años de trabajo y sacrificio.

   La solidaridad de personas como usted se propaga y se organizan colectas para colaborar como se puede y desde donde se puede, la previsibilidad, las estrategias de abordaje en situaciones de catástrofe parecen una quimera.

   En estos días viene a mi mente Enrique Pichon-Rivière, quien, en agosto de 1968 dictó una clase tras la “tragedia de la Puerta 12” acaecida en el estadio de River Plate. Busco el escrito, me apasiono con su lucidez y la vigencia de sus conceptos sobre “situaciones catastróficas”.

   El máximo Psicólogo Social, expresaba que la noción de situación catastrófica se aplica al estudio de sucesos o situaciones colectivas de ansiedad y pánico, como inundaciones o terremotos, en los que la nota común es que toman a un grupo humano desprevenido. Expresaba que las catástrofes y los efectos colaterales han sido y continúan siendo muy estudiados en Estados Unidos por la frecuencia con la que se suscitan (no aplica a Donald Trump). Desde hace más de 50 años, el país del norte tiene recurso humano especializado y formación universitaria específica con técnicas de persuasión y salvataje, de forma tal de poder influir sobre los grupos de damnificados y evacuar oportunamente; es sumamente complejo despojarse de bienes, acudir a un centro de evacuación sin saber a lo que deberá enfrentarse luego.

   En una situación trágica, ante la catástrofe, surge el pánico como estado principal, que deriva en parálisis o en fuga. Dispersión y ruptura de pautas de conducta, desdibujamiento de roles, fallas en la comunicación, son expresiones propias en las situaciones de pánico, las más terrible en estos contextos son la negación del peligro y la negación de la identidad de quienes se encuentran atravesados por la catástrofe. La Psiquiatría, en distintos estudios hace referencia a la psicosis hípnicas y confusionales que se manifiestan durante la catástrofe o posteriormente.

   El fuego, la lluvia, el alud, son verdaderas catástrofes naturales, las víctimas experimentan miedo, parálisis y fuga, quienes debieran dar respuestas, aportar recursos y soluciones también experimentan miedo, parálisis y fuga o siempre están desprevenidos, y es también una verdadera catástrofe.