Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Lucio Redivo y un cumpleaños que esta vez se le pasó volando

Fueron 11 días de Bahía Basket afuera -4 triunfos en 5 juegos, incluida la clasificación en la Liga de las Américas-. El recibimiento de los 23 años del escolta fue en pleno vuelo. Algo diferente...
La vuelta a casa llegó con alivio para el plantel de Bahía Basket. Lucio Redivo disfrutará del descanso hasta mañana.

Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

Su memoria no le permitió recordar cuánto hacía que no disfrutaba de un fin de semana libre.

Lucio Redivo se lo ganó, como el resto del plantel de Bahía Basket, a pesar de la última derrota -única en la gira-, sufrida en Mar del Plata.

“Lo primero que se hace cuando hay días libres es descansar, aflojar las piernas y despejar un poco la cabeza. También, compartir con amigos y familia, al menos en mi caso que puedo hacerlo porque soy de Bahía”, contó Lucio Redivo, ayer, mientras se distendía en el regreso a la ciudad, después de 11 días afuera.

El entorno familiar y de amistades respeta este descanso, por lo que “el básquet” no es único tema¨de conversación.

“Lógicamente todos se interiorizan de lo que pasó, por ejemplo, ahora con la clasificación en la Liga de las Américas, pero se trata de hablar de otras cosas como para despejarse”, contó Lucio.

La gira (ver aparte) que realizó el equipo de la ciudad coincidió con el 14 de este mes, la fecha del cumpleaños 23 del escolta.

“Ya llevo cinco años afuera de Bahía en el día de mi cumpleaños. Esta vez fue particular, porque lo pasé arriba de un avión”, recordó, resignado, Lucio.

Su último festejo en casa fue para los 18 años.

-¿Qué se extraña de esos tradicionales cumpleaños?

-La familia y los amigos, pero con el equipo también la paso bien. Somos como una familia. De hecho, muchas veces estoy más tiempo con mis compañeros que con mi propia familia.

-¿El hecho de ser la mayoría jóvenes ayuda a que formen un grupo sólido?

-Sí. Compartimos muchas cosas y tratamos de trasladarlas a la cancha, donde también nos apoyamos en los mayores. Eso suma.

-¿Por tu experiencia adquirida ya te considerás un grande entre los chicos?

-No. Obviamente trato de seguir aprendiendo y de escuchar a los mayores y a todos los integrantes del cuerpo técnico. Somos muchos chicos de, prácticamente, la misma edad y lo máximo que puedo hacer es apuntar algo. Tratamos de resolver situaciones entre todos.

Lo que pasó afuera

-¿Cuál es el balance de la gira?

-Positivo. Hicimos una muy buena Liga de las Américas, pudimos ganar y clasificar a la segunda fase de grupo. Después de volver, lógicamente contentos, hicimos un gran partido contra Peñarol, jugando bien, en equipo, sabiendo cada uno lo que tenía que hacer y manteniendo la diferencia. Ayer (por el viernes contra Quilmes) nos costó un poco más. Entramos mal. Nos sacaron ventaja. Hicimos un gran tercer cuarto y nos quedamos en el final. Una lástima, porque era otro partido para poder llevarnos y seguir peleando el segundo puesto con Ferro.

-¿Puede haber influido el aspecto mental o físico en este último partido?

-Un poco. Quizá el último cuarto fue cuando más se sintió. Aunque jugamos todos, Sepo (Ginóbili) repartió los minutos y cada uno, el ratito que le tocó jugar, lo hizo al máximo. Son partidos y cosas que pasan. Ahora, hay que tratar de descansar y pensar en Boca.

-¿En qué cuesta focalizarse más afrontando dos competencias paralelas?

-Sabemos que las dos competencias son importantes, pero en la Liga de las Américas tenemos menos margen de error, porque si nos equivocamos quedamos afuera. Creo que lo bueno que tenemos es que, como siempre, vamos partido a partido y todos los afrontamos como una final. En la Liga Nacional, porque estamos peleando por los primeros puestos y en la Liga de las Américas porque quedamos a un paso de llegar al Final Four. Esta semana tenemos que concentrarnos en Boca y después sí cambiar el chip para ir a Puerto Rico.

-¿Aprendieron a jugar y disfrutar a la vez?

-Sí. Creo que en este tiempo, si bien llevamos casi dos años juntos, adquirimos muchas cosas buenas como equipo. Falta mejorar, pero nos conocemos mucho más y hay cosas que prácticamente las hacemos de memoria. Somos un equipo difícil de marcar.