Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Orduna: "Lo que viene por delante es más exigente"

El DT que en 2016 llevó a Las Panteras a su primer Juego Olímpico recordó ese momento y se refirió a la nueva era que vivirá la Selección Argentina.
Medio centenar de entrenadores y profesores participaron de la clínica que Orduna dio durante tres días en Bahía.

Claudio Rodríguez Kiser / crodriguez@lanueva.com

El año 2016 quedará gurdado en los libros de historia como el hasta ahora más importante para el vóleibol nacional femenino.

Y fue el entrenador Guillermo Orduna, una pieza vital para que Las Panteras pudieran jugar su primer Juego Olímpico en Río.

El DT dictó durante tres días un curso para entrenadores y también se tomó un tiempo para analizar con La Nueva. lo que pasó y lo que viene para la Selección.

—Tras el gran 2016, ¿Pudo cambiar el chip?

—Sí. Desde que comenzó el 2017 la cabeza está puesta en lo que viene. Hay desafíos deportivos, cambios en la organización de la rama y también en la estructura del Staff. Es un año muy entusiasmante, no solo para la Mayor, sino también para las selecciones de base.

—¿Qué objetivo hay?

—Apuntamos a la clasificación al Mundial de Japón. Necesitamos reafirmarnos en el nivel internacional. Hay que seguir creciendo en los rendimientos individuales y como equipo. Más allá de lo vivido, lo que viene por delante es más exigente.

—Mantenerse es lo más difícil...

—Exactamente. Sobretodo con un grupo que se va a nutrir con jugadores de experiencia y otras que se vienen afianzando en los grupos de Base que han dado un salto de calidad importante.

—¿Se vienen cambios en el plantel?

—Yael (Castiglione) y Leticia Boscacci no estarán este año y como siempre la convocatoria es amplia y da chances a quienes considero que pueden aportarle a la Selección. Algunas se dan a raíz de estas ausencias, otras por la necesidad del crecimiento de jugadoras que piden pista y otras para sumar la experiencia que tuvieron en el exterior, como el caso de la armadora Helena Vidal, que juega en Suiza.

Río 2016, imborrable

—¿Qué significó Río?

—Una reivindicación de muchos entrenadores y jugadoras que pasaron por la Selección; momentos buenos y grupos que no han podido lograr un resultado y la superación de otros momentos políticos difíciles que nos hizo perder grupos. Al vóleibol femenino lo castigaron mucho. Lo que se alcanzó el año pasado fue un representar 50 años de vaivenes. Orgullo de haber sido parte junto a las jugadoras de esto.

—¿Cuál fue el balance de la competencia?

—Muy positivo. No es fácil ganar en un Juego Olímpico y por eso fue tan difícil Camerún. Sabíamos que iba a ser difícil mantener la concentración de algo nuevo y que sería duro superar las derrotas del día a día. Éramos concientes de los rivales que teníamos enfrente y había que crecer durante la competencia. Las jugadoras lo entendieron, lucharon y llegaron hasta el último partido con Japón con una mejora. Hubo predisposición y hambre de gloria. No fuimos a participar, sino a jugar.

—¿Le gratifica que el nombre Las Panteras comience a ser popular?

—El nombre ya estaba aunque me causaba un cierto resquemor el nombre sin contenido. El desafío era ese, tenerlo por rendimientos y resultados. Los Pumas y Las Leonas surgieron por hitos deportivos y eso deseábamos nosotros.

—¿Argentina podrá ser algún día potencia en mujeres?

—Sí, pero es un proceso. Teniendo una rama de entrenadores trabajadores y que se consolide año tras año, no dudo que en algún momento se va a dar ese salto de calidad. Vamos por el buen camino.