Bahía Basket quiere sacarse la espina ante Quilmes
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Por Ricardo Sbrana / rsbrana@lanueva.com
Enviado a Mar del Plata
A juzgar por lo ocurrido en el historial de la temporada actual, Quilmes de Mar del Plata fue uno de los rivales más complejos para Bahía Basket.
En dos de los tres enfrentamientos el equipo de nuestra ciudad necesitó de tiempo suplementario para ganar, ambos de local. Y el restante lo perdió como visitante.
Esta noche el elenco dirigido por Sebastián Ginóbili tendrá la oportunidad de sacarse esa espina clavada en la fase nacional: ganarle a Quilmes aquí, en Mar del Plata.
El encuentro se jugará en el estadio polideportivo Malvinas Argentinas, a las 21.30 y con arbitraje de Fabricio Vito y Julio Dinamarca.
“Afrontar el partido siguiente de la gira cuando ganaste el primero, tiene otro sabor. Contra Quilmes siempre han sido partidos parejos.
Mirá también: “Tenemos que vencer el cansancio mental, más que el físico”, dijo Sebastián Ginóbili
En Bahía se definió en suplementario y cuando vinimos acá (en la fase regional) nos ganaron”, recordó Jamaal Levy.
Desde su séptimo puesto en la Conferencia Sur (14 ganados y 19 caídas), el elenco orientado por Javier Bianchelli es el de localía más sólida entre los cinco de abajo en las posiciones.
El haber cambiado Once Unidos por el Polideportivo -habitual localía de Peñarol- no fue excusa para hallar un nuevo sentido de pertenencia. Allí el cervecero lleva 12 éxitos y 5 derrotas.
“No importa que estén más abajo en la tabla. Contra nosotros siempre plantearon buenos partidos, de goleo alto y en los que en algún momento cada uno maneja el ritmo. El de ahora será igual de parejo e igual de difícil”, agregó el panameño.
A Bahía le demandará un plus de energía la defensa del perímetro marplatense, uno de los que más daño producen en el torneo (4º en triples convertidos, con 9,6, y 5º en efectividad desde la medialuna, con 36%).
Allí cuenta con el gol de Luca Vildoza, Enzo Ruiz, Eric Flor y en menor medida Ivory Clark.
Pero también presenta debilidades importantes que lo sitúan entre los peores del torneo. Por ejemplo, es el segundo equipo que menos pases-gol concreta por partido (12,9) y el segundo que menos rebotes totales baja (32,5 por encuentro) entre 20 equipos.
Aspectos de los que Bahía tendrá que sacar provecho a partir de virtudes como el juego colectivo, rotación extendida, presión a la pelota y ataque al rebote ofensivo.
“El equipo ha encontrado mayor madurez a la hora de enfrentar a los rivales de la parte inferior de la tabla. Después de un gran torneo en la Liga de las Américas pudimos cambiar el chip lo más pronto posible.
Eso es difícil, más cuando tenés un sólo día de descanso y ante un rival que, como pasó contra Peñarol, estaba necesitado de triunfos.
La verdad que dimos un paso adelante en ese aspecto y conseguir una victoria holgada nos permitió no consumir minutos desgastantes para muchos jugadores”, dijo Levy.
En lo que va del mes Quilmes jugó 4 partidos. El último, hace 8 días frente a Hispano Americano de Río Gallegos (triunfo por 100 a 83). Bahía llega con rodaje y envión, después de haber concretado 10 triunfos en 12 partidos que lleva jugados en 2017, contando Liga de las Américas.
Pero la Liga Nacional le demandará hoy un esfuerzo más antes de ingresar a una semana -exactamente- sin programación. En la que podrá recomponerse para recibir a Boca el sábado 25 y viajar nuevamente a Puerto Rico.