Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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En 17 años, los medicamentos aumentaron un 649 % en Bahía

La cifra surgió de comparar la evolución de una misma canasta de precios de medicamentos, entre 1999 y 2017, con la inflación local acumulada en ese período.
(Fotos: Pablo Presti-La Nueva.)

Rodolfo Angeletti / rangeletti@lanueva.com

   Aunque el ejercicio de mirar los precios en el supermercado por el espejo retrovisor se haya convertido para muchas amas de casa en un deporte nacional, la sorpresa puede ser mayúscula si esa misma mirada se dirige al mercado farmacéutico.

   “La Nueva.” comprobó tras un relevamiento de precios realizado en la ciudad, que comparó la inflación local acumulada desde 1999 a 2016 (Indice de Precios al Consumidor), que alcanzó al 326,30%, con la evolución que tuvo en ese lapso una misma canasta de medicamentos, que los valores se dispararon un promedio del 649%, con picos individuales por especie de +1.465% (Novalgina),+574%(Glioten), +801% (Octanyl), y +897% (Lotrial), entre otros.

   El primer informe de esas características fue publicado en la edición de “La Nueva Provincia” del domingo 4 de abril de 1999, y si bien comparaba la misma canasta de medicamentos, ponía el foco en la evolución de los precios tras la entrada en vigencia del sistema de Monodrogas o Ley de Genéricos.

   La conclusión fue, entonces, que "los consumidores estaban expuestos a pagar hasta un 450% más, por medicamentos producidos en base a la misma monodroga, con idéntica concentración, pero diferentes nombres de fantasía.

   En la Argentina el sector que agrupa a los formadores de precio (laboratorios) está desregulado, y es acusado de falta de transparencia, aunque"no hay quien le ponga el cascabel al gato".

   El año anterior, desde el Bloque de Cambiemos en la Legislatura se denunció que la industria había incrementado los precios entre diciembre y mayo un 36,5%, con algunos picos de hasta 50%.

   Desde la Secretaría de Comercio se había dejado trascender, entonces, que los laboratorios habían sido invitados a conformar una canasta de medicamentos con precios sugeridos, y habían demostrado interés en colaborar. Sin embargo, una fuente autorizada de ese Ministerio le manifestó ayer a este Diario que "desde allí nunca se había impulsado tal canasta de precios acordados".

Desde el IOMA

   Desde la segunda obra social en importancia del país, se indicó ayer a “La Nueva.” que la dispersión de precios es evidente.

   El doctor Marcelo García Pacheco, responsable de la Delegación Regional del IOMA, manifestó que la obra social mantiene una cobertura del 40% al 60%, en la compra abierta de medicamentos, y del 100% en compra abierta y patologías crónicas, pero aclaró que no existe canasta alguna de precios sugeridos.

Desde el bloque del Pro

    El diputado nacional Sergio Wisky (Pro), referente de Cambiemos en la Mesa de Discusión de Salud, y en la de Seguimiento del Ministerio de Salud, le dijo esta semana a “La Nueva.” que "la inflación de medicamentos, ha sido históricamente 3 a 4 veces superior a la de precios de la canasta básica", y que "no existe ninguna transparencia en el sector, que permita saber cómo se compone la estructura de precios".

   Wisky asumió en la Legislatura en diciembre de 2015, y finaliza su mandato en 2019. Es médico clínico, y se desempeñaba en la Terapia Intensiva del Hospital de Bariloche. Posee dos maestrías ,una en Gestión de Economía de la Salud y la otra en Sistemas Sanitarios.

   "Nosotros estamos trabajando en la Legislatura, tomando como referencia experiencias de países como Inglaterra y Alemania", señaló el legislador.

   Agregó, que el sector tiene mucha complejidad y que la Argentina necesita, en principio, una ley que permita identificar si un medicamento tiene la misma bioequivalencia que el original, porque eso daría más impulso al mercado de genéricos.

   Manifestó que la oligomonopolización de los mercados en la Argentina es un hecho contundente.

   "En este mercado se da la paradoja, por ejemplo, de que varios productos originales tienen en la Argentina un precio más bajo que sus homólogos nacionales que se fabrican bajo patente" mencionó el legislador.

   Agregó, que actualmente se está impulsando la creación de la Agencia Evaluadora de Salud, como herramienta para controlar que los medicamentos que se autoricen tengan "alta eficiencia social".

   La otra pata del tema es incorporar una regla de transparencia del mercado, aunque "antes debe despejarse el entramado judicial, para evitar vacíos legales".

   Sobre la composición del mercado de consumo en la Argentina, Wisky mencionó que sobre 44 milones de personas, unos 15 millones tienen acceso directo y gratuito a los medicamentos (Plan Remediar), y alrededor del 60% del total posee cobertura de salud (obra social).

   "Sobre ese 60% debe trabajar el Estado. PAMI y detrás IOMA, son grandes formadores de precios por su poder de compra", apuntó el legislador, dando una señal desde donde se está pensando abordar la problemática del sector.

   "IOMA empezó a bajar sus costos y a conseguir mejores precios de los laboratorios. PAMI debería hacer lo mismo, y se podría avanzar con precios referenciales", indicó.

   Al pedírsele mayores precisiones Wisky manifestó que se podrían tomar precios máximos y mínimos de venta al público y el promedio sería el valor que pagarían las obras sociales.

   “El poder de compra de PAMI presionaría a la baja los precios de los laboratorios, y con un mercado más transparente, eso se trasladaría a los mostradores”, opinó.

La vista en las farmacias

   Las ventas del sector farmacéutico en volúmenes, en el mercado interno, en 2016 , alcanzaron las 566 millones de unidades, un 2,8% menos que las 582,5 millones de unidades registradas en el 2015 y un 7,1% por debajo del récord de 609,9 millones de unidades vendidas en el año 2012.

   "En 2016 las ventas totalizaron $ 77.704 millones, (43,1 por ciento más frente a 2015, evolución que responde al impacto inflacionario", según la Consultora económica IES; una correspondencia ajena a la comparación local, donde la inflación acumulada entre 1999 y 2016 fue del 326,30%, y los precios subieron un promedio del 649 por ciento.

   En el último eslabón de la cadena comercial están las farmacias, que no participan en la formación del precio de venta al público. Esos valores se fijan por convenio con todas las obras sociales, en base a dos catálogos: el Kairos o el Manual Farmacéutico.

   Ambos manuales tienen "precios de venta sugeridos" por las droguerías (el eslabón anterior) y vigilados desde el Colegio Farmacéutico, aunque pueden diferir en el mostrador, si la venta no tiene cobertura de salud.

   El margen comisional de las farmacias (precios de venta menos los de compra) es del 20%, según se manifestó a este diario desde la Cámara de Farmacias, aunque se aclaró que "hay que diferenciar eso del margen de rentabilidad, porque el sector aporta mensualmente un promedio del 12%", para contribuir a financiar los convenios de la seguridad social.

   Salvo alguna que otra excepción, los laboratorios no venden en forma directa a las farmacias, sino a través de las droguerías (Transfer).

   Las farmacias manejan un plazo de financiamiento de 30 días para sus compras, pero cobran en muchos casos a los 90 días. De allí que sea inexorable tener que trabajar con el stock de las droguerías, y siempre con el fantasma del posible corte de la cadena de pagos.

   Internet permite hoy, que las farmacias accedan en tiempo real al stock de las droguerías y también a las ofertas eventuales --suelen llegar al 30%-- lo que mejora sus márgenes de rentabilidad.

La inflación entre 2002 y 2016 fue de 326,30%

   Los datos de inflación (IPC) pertenecen a Bahía Blanca y fueron relevados por el CREEBBA. La estadística tiene como año base el 2002 por lo tanto, no están incluidos los datos del 1999 al 2001.

   Los datos de variación de precios correspondientes a los años 1999, 2000 y 2001 fueron tomados del IPC Nacional y fueron deflaccionarios. A saber: 1999: -1,81% 2000: -0,72% 2001: -1,54%. No fueron considerados para la suma acumulada que aparece al pie.