Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

La usina que produce arte

Se cumplen diez años del inicio, en 2007, de los trabajos de recuperación de un edificio ubicado en la ciudad autónoma de Buenos Aires que había quedado abandonado y en ruinas 20 años antes, luego de que distintas medidas del gobierno nacional llevaran a su desactivación como usina de electricidad.

La referencia es al bien conocido como la “Usina del Arte”, que el año pasado cerró su actividad cultural y recreativa con la visita de un millón de personas y que cada año se consolida como un verdadero faro cultural del sur porteño.

El edificio fue construido entre 1912 y 1916 por la Compañía Italo Argentina de Electricidad (CIAE) y sirvió para generar electricidad durante 80 años. Es un inmueble ladrillero, resuelto en un estilo neorrenacentista florentino, propio de la época en el norte de Italia.

Por esa misma época, esa compañía construyó una usina similar en nuestra ciudad, luego de que el municipio acordara la concesión del servicio eléctrico a la esa empresa de capitales italianos. El edificio, ubicado en Ingeniero White, operó por idéntica cantidad de años que su par porteño y, a pesar de tener el nombre de usina Genrral San Martín, todos lo conocen como “el Castillo”.

Es una construcción tipo medieval, con su torre, sus almenas, su terminación imitación piedra, sus columnas neoclásicas, una obra de San Jorge y el Dragón, obra de Troiano Troiani, y sus impactantes espacios interior: amplios, luminosos, con arcos apuntados, propios del gótico.

Inventariado como bien patrimonial municipal, provincial y nacional, propiedad de la comuna loca, el bien sigue sumando años de abandono y degradación, sin que ninguna gestión logre poner en marcha su recuperación aunque sea a partir de un plan en etapas, a largo plazo.

La presencia de asbesto en algunas de sus instalaciones --expertos aseguran que se trata de una cantidad menor-- se ha convertido, entre otras cuestiones, en un freno a cualquier plan de intervención.

La Usina del arte porteña ha revitalizado a un barrio degradado, ha atraído a inversores que van convirtiendo el lugar en un sitio de gran vida comercial y gastronómica. Ingeniero White necesita desarrollar su potencial. Bahía Blanca necesita recuperar sus lugares emblemáticos. El castillo, mientras tanto, sigue ahí, quieto y en pena, esperando su oportunidad.