Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Volar, el recurso del mundo actual

Si algo ha modificado la percepción del mundo en cuanto a su extensión geográfica, eso es la mejora lograda a partir de la revolución industrial en materia de transporte. La aparición del ferrocarril y del automóvil permitió transformar distancias hasta entonces poco menos que insalvables en recorridos factibles y posibles.

A fines del siglo XIX, viajar desde nuestra ciudad a Buenos Aires requería un par de semanas, a caballo, por caminos inexistentes, cruzando campos, parando en postas para comer y dormir, cambiando de monta. La llegada del tren, en 1884, convirtió los 700 kilómetros entre ambos puntos en 12 horas de viaje. El milagro había ocurrido.

Pero acaso el impacto más fuerte en materia de comunicación fue la aparición del avión como medio de transporte. Cuando en 1929 la Aeroposta Argentina habilitó la primera línea aerocomercial de cabotaje -entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia- del país, y el “lejano sur argentino” pasó a estar a unas pocas horas.

Sin embargo, el transporte aéreo ha tenido desde entonces un halo de exclusividad, diseñado para atender la demanda de sectores sociales con los recursos adecuados para pagar una tarifa que excedía, en mucho, la de las alternativas terrestres. Esa (histórica) situación se está modificando.

En el mes de abril último, la aeroestación local ha sumado, a través de Aerolíneas Argentinas, nuevas rutas, quebrando la única comunicación con Buenos Aires y abriendo destinos vitales como Comodoro Rivadavia y Ushuaia.

Las expectativas son sumar, en el corto plazo, vuelos a Bariloche, Córdoba, Rosario, entre otros. Con la singularidad de costos inferiores, en algunos casos, a los de los ómnibus.

Se ha dicho siempre lo beneficioso de la competencia. Que el avión reacomode sus formas para volverse accesible al común de la gente es una situación favorable para un mundo que vive una revolución en materia de comunicación.

NO se concibe que viajar a Ushuaia desde nuestra ciudad demande 39 horas (!), cuando hacerlo por aire exige apenas tres.

Es importante que todas las fuerzas vivas y políticas locales alienten este desarrollo y crecimiento, de modo que nuestra ubicación geográfica no sea más que un hecho anecdótico a la hora de acceder a cualquier punto del planeta.