Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Los indigentes y la calle

De acuerdo con datos que maneja la municipalidad, en la ciudad hay unas 15 personas “en situación de calle”, frase por cierto limitada al momento de graficar la situación de quienes no tienen donde vivir y deambulan por la ciudad, pernoctando en lugares como pueden ser una plaza, una construcción abandonada y otros lugares que les brindan un mínimo de cobijo.

Maltrechas, arrastrando cartones, bolsas y algún que otro bien, estas personas caminan como perfectas desconocidas, hasta que alguna circunstancia puntual las saca un tanto a la luz. Fue el caso de Santiago Campos Melgar y Tiago Viana Rosa, dos personas que con diferencia de horas murieron luego de pasar una noche de frío a la intemperie.

según fuera informado desde el área de Políticas Sociales del municipio, en ninguno de los dos casos la muerte se debíó al frío o al hambre.

Santiago fue encontrado sin vida debajo de uno de los fogones del parque de Mayo, Tiago en un sector del barrio parque Palihue. Es difícil asumir que nada tuvieron que ver sus circunstancias de vida con su triste final.

Si bien es habitual llamar a estas personas como indigentes, la palabra no resulta del todo adecuada para definir su situación.

Porque “indigente” es una expresión que define a personas o familias cuyos ingresos no son suficientes para cubrir necesidades consideradas mínimas.

Sería más apropiado definir a estas personas como aquellas que viven en condiciones de miseria y abandono, propio no necesariamente de un grupo cultural o social, sino una realidad que cualquier ser humano puede enfrentar dependiendo de determinados factores externos, incluso como un decisión de vida, aunque suene increíble.

Lo cierto es que no sólo el municipio se preocupa por mejorar las condiciones de estas personas. También hay instituciones y particulares que les ofrecen comida o alternativas de cobijo.

Cuando se registran casos límites, como las muertes mencionadas, hay una tentación de buscar culpables.

Lo trascendente es que, asumiendo estos casos, se haga el máximo esfuerzo por dar apoyo y ayudar. Hay siempre una responsabilidad que asumir, más allá de la postura de estas personas que puede condicionar cualquier ayuda.