Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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No fumar, esa es la cuestión

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, cada día, en nuestro país, 106 personas mueren por enfermedades que tiene su origen en el hábito de fumar, práctica que perjudica a casi todos los órganos del cuerpo.

Ha sido vinculado a las cataratas y la neumonía y ocasiona la tercera parte de las muertes relacionadas con cualquier tipo de cáncer. El índice de muerte por cáncer se duplica en los fumadores y llega a ser hasta cuatro veces más en los fumadores empedernidos.

El cigarrillo -su contenido aspirado- está asociado con el 90 por ciento de los casos de cáncer pulmonar, el que más muertes causa entre hombres y mujeres. También con el de la boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, cérvix, riñones, uretra, vejiga y leucemia mieloide aguda.

Además, fumar causa enfermedades pulmonares, como la bronquitis crónica y el enfisema, y empeora los síntomas del asma. Más del 90% de las enfermedades de obstrucción pulmonar crónica son atribuibles al hábito de fumar. Ha sido documentado que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón y el cerebro.

Pero además, se estableció que compartir un ámbito con fumadores tiene consecuencias en quienes no tienen ese vicio. A corto plazo, tos, daños a encías, esmalte, mareos, dolor de cabeza y de garganta, e irritación de los ojos. a mediano y largo plazo, hipertensión arterial, arteriosclerosis, EPOC, enfisema pulmonar, asma, ataque cardíaco, infertilidad.

Por todo esto (y mucho más), resulta gratificante que Bahía Blanca haya celebrado -la palabra es adecuada- los diez años de la ordenanza que prohíbe fumar en lugares cerrados. Una normativa que, pese a algunos augurios negativos, se cumple como pocas otras que pretenden regir conductas públicas.

Nadie fuma en fiestas, en estadios, en reuniones, en restaurantes, en bancos. Ni siquiera en las reuniones familiares, donde es habitual ver a los fumadores saliendo al patio o a la vereda para hacerlo. Se ha hecho costumbre, cuestión de respeto y educación.

Seguramente ha ayudado además a que muchos fumen menos o dejen el hábito. No es simple dejar de hacerlo. Es un vicio que exige una pulseada muy fuerte. Se ha avanzado mucho en el tema. Que Bahía Blanca sea una ciudad libre de humo significa que ha sumado vida. No es poco.