Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Los incendios de cada verano

El año pasado se quemaron tres millones de hectáreas en el país, de las cuales el 45 por ciento corresponden a nuestra región.

“Comenzó la temporada de incendios en el sudoeste bonaerense y las condiciones están dadas para que los siniestros ocurran”. Así se indica en una nota publicada por este diario dando cuenta de un hecho tan previsible como inevitable, que genera enormes perjuicios a los productores.

Los causales de los incendios de campos son claros y precisos: las altas temperaturas, los bajos índices de evapotranspiración y la disminución de las lluvias derivan, de manera completamente previsible, en el origen del fuego. El año pasado, con similares características al actual, se quemaron 3 millones de hectáreas en el país, de las cuales el 45% corresponden a nuestra región.

según los especialistas, el nivel de ocurrencia de incendios ronda el 31%, aunque, curiosamente, las copiosas lluvias de las últimas semanas generaron una masa verde que inevitablemente se secará y agravará aún más las condiciones propicias para que se origine este siniestro.

Vale decir que se está ante una situación que se sucede cada año. Lamentablemente nunca se logran llevar a cabo las acciones necesarias para anticiparse a las consecuencias, combatir las llamas y establecer las construcciones que impidan que la propagación afecte más hectáreas.

De acuerdo con personal del INTA, hay un convencimiento de que este año, tanto el sector rural como el urbano, “están mejor preparados”, a partir de las consecuencias sufridas el año pasado como resultado de diferentes situaciones de negligencia y descuido, más allá de asumir que existen imprevistos “que no se pueden manejar”.

Se asegura que ha habido “mayor preparación a partir de una mayor promoción y concientización para la práctica de picadas y cortafuegos, obras básicas y elementales para evitar la propagación de los incendios, y se aseguró que “se está terminando” una pista de recarga para aviones hidrantes, además de un esquema de alertas y colaboración entre las fuerzas de seguridad.

Más allá de estas lecturas, la situación vuelve a ser preocupante. Sería muy bueno que el Estado diera señales claras de estar en condiciones de combatir incendios, de generar campañas de ayuda y de ayudar a los propietarios a establecer obras que permitan cortar el avance de las llamas.

“Los productores saben que están a una chispa del desastre”, señaló este diario. Es hora de ser serios y consecuentes con las respuestas.