Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La educación no importa

En un país donde cuesta garantizar las clases, parece imposible concentrarse en lo que debería ser más importante: pensar qué tipo de educación necesitan los chicos de hoy.

El neoyorquino Marc Prensky, 70 años, experto en innovación educativa, lleva décadas analizando el asunto. Famoso por haber creado términos como "nativo digital" (personas nacidas a partir de 1980, cuando ya existía una tecnología bastante desarrollada) e "inmigrante digital" (nacidos entre 1940 y 1980, espectadores y actores del proceso de cambio tecnológico), esta semana dio una charla en Madrid. Le preguntaron cómo construiría un colegio si pudiera partir desde cero. Contestó:

"No necesitamos clases porque agrupar a los niños en esos grupos artificiales es antiguo. Lo es incluso agruparlos por edades porque siempre tienen capacidades diferentes. Necesitamos espacios donde puedan hacer proyectos de acuerdo con sus intereses, trabajar juntos, con los profesores dando vueltas alrededor y entrenándolos. Cada vez más escuelas están cambiando en todo el mundo".

Agregó que se trata de un sistema sin asignaturas ni exámenes. Entonces, ¿qué hacen los chicos?

"Trabajar en proyectos sobre temas que les interesen, para que se involucren. Puede ser Ecología, Deportes o la Revolución Francesa. Cuando están muy enfocados en los proyectos, no necesitan deberes porque siguen trabajando todo el tiempo, están emocionados. Y no hacen falta exámenes, lo que nos indicará si los chicos lo están haciendo bien es que lo hayan hecho".

Prensky remarcó que es clave el uso constante de las herramientas tecnológicas. Y admitió que algunas cosas sí se deben enseñar a todos por igual, como lectura y matemática básicas. Pero nada más.

Visto desde Argentina, parece un experimento de Primer Mundo. No obstante, muchos países están ensayando nuevos métodos. Existe una proyección, que suele citar el ministro Esteban Bullrich, que indica que un chico que hoy va al jardín de infantes tendrá siete trabajos a lo largo de su vida, cinco de los cuales aún no se inventaron. En otras palabras, debemos formar adultos sumamente flexibles y creativos.

Por lo pronto, en nuestro país el debate es otro. Las urgencias salariales y de infraestructura nos impiden ocuparnos de la educación.