Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Más de 200.000 desplazados sirios vuelven a la destruida ciudad de Alepo

Está en manos del gobierno de Bashar al Assad.
Fotos: AFP y Reuters

   Medio año después de que terminara el asedio al este de Alepo, más de 200.000 sirios regresaron a esta parte de la ciudad norteña, que supo ser uno de los bastiones más importantes de la insurgencia y ahora está en manos del gobierno de Bashar al Assad, informó hoy el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

   Después de años de combates y meses de un firme asedio que dejó a la parte oriental de Alepo al borde de una crisis humanitaria masiva, las milicias opositoras acordaron con el Ejército una retirada. En ese momento, apenas 55.000 civiles quedaban en la zona, informó el coordinador regional del Acnur a la agencia de noticias alemana DPA.

   Seis meses después, los habitantes de la ciudad que pudieron huir de los combates siguen volviendo a sus casas, pero la situación aún es precaria. Ya no caen bombas o misiles, pero gran parte de la infraestructura de la ciudad, especialmente la red de electricidad y el suministro de agua, no funcionan y deben ser reconstruidos casi totalmente.

   En muchos lugares, la gente tiene que ir a buscar agua con baldes, contó Martínez.

   El gobierno sirio estimó tras tomar el control de toda la ciudad que alrededor del 60 % de los edificios de la mitad oriental de Alepo están destrozados. Pese a esta dramática evaluación, las prioridades de las autoridades siguen siendo militares en medio de una guerra que lleva más de seis años y ya incluyó a las principales potencias del mundo y de Medio Oriente.

   Los bombardeos y los combates continúan -hoy cinco miembros de una familia murieron en un bombardeo en la provincia norteña de Deir el Ezzor-, pero no hay dudas que la situación global mejoró para Al Assad en el último año, especialmente gracias por el apoyo militar ruso.

   En los últimos meses y apoyado por las fuerzas aéreas rusas, el Ejército sirio fue ganando terreno en varias zonas otrora en manos de la oposición o milicias islamistas radicales.

   Prueba de este avance es que el presidente Al Assad se sintió suficientemente confiado de viajar a Hama, en el centro del país, para participar de la ceremonia musulmana Eid al Fitr con la que el islam celebra el fin del mes sagrado de Ramadán.

   Se trata de su primera visita a la ciudad desde que estalló la guerra en marzo de 2011. (Télam)