Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Los trillizos Bonies ya crecen en su casa

Victoria, Juan David y Juan Bautista cumplieron su primer mes en su hogar y junto a sus cuatro hermanos. Muestran un buen estado de salud. Hace pocos días, les enviaron un regalo desde Italia. Sus padres agradecen la solidaridad de la comunidad bahiense. ----------------- Recuerdos. Victoria, Juan David y Juan Bautista nacieron el 26 de febrero, en el hospital Penna. El parto se cumplió por cesárea y la mamá, María Manquilaf, tiene 39 años. El alumbramiento fue asistido por los doctores Milton Klun, Carolina Gruber, Calixto Barrionuevo y Gisela Virdis; la obstétrica Beatriz Gavio, la enfermera Stella Alvarado, la técnica Adela Goroso y la instrumentadora Silvia Pando. Apenas nacieron, quedaron al cuidado de las neonatólogas Laura Barrionuevo y Silvia Vago y de las enfermeras Elena Apelhans y Graciela Ontiveros.

Victoria, Juan David y Juan Bautista cumplieron su primer mes en su hogar y junto a sus cuatro hermanos. Muestran un buen estado de salud. Hace pocos días, les enviaron un regalo desde Italia. Sus padres agradecen la solidaridad de la comunidad bahiense.


Recuerdos. Victoria, Juan David y Juan Bautista nacieron el 26 de febrero, en el hospital Penna. El parto se cumplió por cesárea y la mamá, María Manquilaf, tiene 39 años. El alumbramiento fue asistido por los doctores Milton Klun, Carolina Gruber, Calixto Barrionuevo y Gisela Virdis; la obstétrica Beatriz Gavio, la enfermera Stella Alvarado, la técnica Adela Goroso y la instrumentadora Silvia Pando. Apenas nacieron, quedaron al cuidado de las neonatólogas Laura Barrionuevo y Silvia Vago y de las enfermeras Elena Apelhans y Graciela Ontiveros.





 Colaboración. Los aportes para los trillizos pueden ofrecerse al teléfono 453-9405 o bien en la casa de calle Drago 1.845.






 Falta poco para el mediodía, pero, en la casa de los Bonies, el día recién "despierta". Nadia, de 3 años, está recostada en la cama matrimonial con Juan David y, bajo la mirada atenta de Agustín, de 11, trata a su hermanito como si fuera un muñeco nuevo.


 Ana María termina de cambiar a Victoria y Juan Bautista espera su turno en la cuna; mientas tanto, Enrique, el papá, consuela a Valentín, de un año y medio, quien demuestra muchos celos, porque su mamá ya no le dedica tiempo completo.


 "Tratamos de organizarnos, pero es imposible, porque tardo más de dos horas con los pañales y las mamaderas de los "gorditos". Cuando termino, casi tengo que volver a empezar. Estoy ausente al resto de las cosas", comenta la madre, mientras deja a su marido, quien todavía no consiguió trabajo fijo, al mando de las tareas domésticas.


 Por la tarde, el trabajo se alivia, porque Florencia, de 12 años, quien concurre a la escuela de mañana, ayuda con los hermanitos menores, como siempre.


 Así viven los Bonies desde la llegada de los trillizos, quienes, a pesar de recibir los cuidados lógicos de cualquier bebé prematuro, evolucionan en buen estado de salud, mientras en cada uno van surgiendo distintivos rasgos personales.


 Victoria fue la primera en nacer, con 2,680 kilogramos, y es la más tranquila de los tres.


 "Ni se siente. Se despierta cuando tiene hambre y nunca llora", indica Ana María.


 Los gemelos también diferencian muy bien sus personalidades. Juan David, que pesó 1,930 kilogramos, es más tranquilo y, cada vez que abre los ojos, se queda mirando hacia la ventana, porque, según la mamá, "le gusta la claridad".


 Juan Bautista es el más pequeño (nació con 1,720 kilogramos) y quien requiere mayores cuidados, debido a una pequeña malformación física que, con un tratamiento adecuado, no le deparará inconvenientes futuros.


 "Una de las membranas que protege la placenta le apretó el brazo como si fuera una bandita elástica y eso provocó que no se alcanzaran a formar las últimas falanges de la mano derecha", explica Ana María.


 Si bien el progreso del más pequeño fue asombroso, los papás no estarán tranquilos hasta que se acerque a los dos kilos, aunque confían en que todo se desarrollará con normalidad.

Con un pan bajo el brazo.
Hace varios meses que los bahienses conocen la historia de esta familia que afronta serias dificultades económicas y muchos se acercaron para ofrecerle ayuda material y espiritual.





 La noticia del triple nacimiento trascendió, incluso, las fronteras del país y hasta desde Italia llegó un sobre con dinero.


 "Nos contaron que habían leído "La Nueva Provincia" por Internet y, conmovidos por la situación, decidieron hacernos ese regalo", contó Enrique, el papá de los bebés, quien aclaró que nada saben del remitente, puesto que no precisó nombre ni dirección.


 Aunque dice que resultó en vano la ayuda que solicitó en el área de Acción Social y en el Concejo Deliberante, el contacto con los medios periodísticos alcanzó para que la solidaridad comenzara a fluir con espontaneidad.


 Hasta ahora, los papás recibieron el apoyo de la Cooperativa Obrera, que prometió donarles dos bolsones de pañales por mes, hasta los 90 días de los bebés, y siguen esperando respuestas de una empresa láctea, ya que sólo ingieren leche en polvo o fluida, pero especialmente desarrollada para prematuros.


 Otra de las necesidades básicas para los chicos es el suministro de la vitamina "ACD Gobbi", que resulta difícil de conseguir, por el alto costo.


 Mientras tanto, Enrique sigue trabajando como mozo, tres días por semana, y realiza trabajos de pintura con pago a voluntad, pero las demandas económicas nunca alcanzan a cubrirse.


 En estos momentos, la mayor preocupación es la deuda que mantienen con el Banco Hipotecario, que pone en riesgo la propiedad de la vivienda que comparten con sus siete hijos.