Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Bauza y Tite, realidades diferentes

Edgardo Bauza y Tite debutaron como directores técnicos de Argentina y Brasil el 1 de septiembre de 2016, por la séptima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. El “Patón” sustituyó a Gerardo Martino, que había dejado a la escuadra albiceleste en la tercera posición detrás de Ecuador y Uruguay. Su colega gaúcho, por su parte, asumió en el Scratch para torcer la historia de un seleccionado que dirigía Dunga y que se ubicaba sexto, fuera de la zona de Repechaje.

Sin embargo, en siete meses, la situación sufrió un vuelco absoluto. La realidad tiene a los verdiamarillos en lo más alto de la tabla y clasificados anticipadamente al próximo Mundial. Al contrario, nuestra selección transita por un camino plagado de dudas y el entrenador está a punto de ser despedido. Por si fuera poco, Lionel Messi arrastra una suspensión de 4 jornadas (le quedan 3) que compromete las chances futuras.

Tite metió mano en el plantel y encontró una línea definida de juego. Con él, Brasil volvió a las fuentes. A su tradicional manejo del balón, la sencillez de movimientos, la inspiración individual y la eficacia en ofensiva. Sólidos argumentos que demostró en las ocho victorias consecutivas desde la llegada del DT, que fue campeón con el Corinthians. En esa espectacular seguidilla de resultados, y con actuaciones de alto vuelo, convirtió 24 goles y recibió tan sólo 2.

También armó una estructura colectiva consistente para explotar aún más las aptitudes de Neymar, su gran figura. En este lapso, el crack del Barcelona creció de una manera notable y marcó 6 tantos cuando en el ciclo anterior no había anotado ninguno.

En sus decisiones, cambió al arquero y los centrales, confío en la experiencia de hombres como Dani Alves, Marcelo y Paulinho y observó en Casemiro, Felipe Coutinho y Gabriel Jesús a jóvenes futbolistas con capacidad de proyección a nivel internacional.

Argentina, por el contrario, no halló una identidad equipista. Su deslucida imagen y sus penurias en el recorrido hacia la siguiente cita ecuménica se reflejan en la falta de un funcionamiento adecuado.

Sus jugadores no encajan en el esquema pretendido por Bauza y, sin un respaldo grupal necesario a su determinante influencia, se hizo indisimulable la ausencia de Messi. El 10 sigue sin estar bien rodeado en el campo y lejos de la comodidad con la que se mueve habitualmente en el Barsa.

Aquel arranque alentador frente a Uruguay (1-0 en Mendoza) se disipó pronto. En total, con Bauza, Argentina ganó 3 cotejos, empató 2 y perdió 3. Conquistó apenas 9 goles en 8 partidos –Messi se despachó con 3– y padeció 10. Actualmente el conjunto nacional marcha quinto y mira de reojo la “repesca” con un rival de Oceanía.

De ahí la impaciencia que se advierte en la nueva conducción de la AFA, que mañana podría comunicarle al desgastado orientador rosarino su salida de la Selección con la idea de reemplazarlo por Jorge Sampaoli. Una jugada que, con sus largos y cansadores entretelones, se espera tenga como epílogo la clasificación a Rusia 2018, hoy inesperadamente complicada.