Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Piqué despejó la duda, pero Neymar no

En medio de la incertidumbre y las especulaciones que generan su continuidad, a Neymar le bastaron 45 minutos del partido amistoso frente a la Juventus, en Nueva Jersey, para exhibir sus notorias cualidades, anotar dos golazos y jugar a pleno como para quedarse definitivamente en el Barcelona.

Sin embargo, el delantero brasileño mantiene su silencio y no se ha pronunciado públicamente sobre su futuro futbolístico ante la posibilidad concreta de marcharse al París Saint German. Es que los franceses aparecieron la semana anterior dispuestos a romper el mercado y pagar los 222 millones de euros que constan en la claúsula de salida.

Hasta el sábado nomás, Neymar se iba. A juzgar por las versiones que se fueron sucediendo, la transferencia parecía irremediable. Se dijo que había aceptado la suculenta oferta del PSG, que les habría confiado a sus compañeros de selección (Dani Alves, Marquinhos, Thiago Silva y Lucas Moura) que se uniría a ellos en Francia y que el dinero estaría sobre la mesa de negociaciones antes del venidero miércoles. Es más, en Brasil insisten en que el acuerdo ya está cerrado y los contratos listos para ser firmados.

El misterio que rodeó al jugador y a su padre, que a la vez es su representante, también ayudó para alimentar las conjeturas. A partir de una realidad que se tornó desfavorable a sus intereses, el Barsa redobló sus esfuerzos para convencer a Ney de seguir ligado a los blaugranas.

Sobrevinieron las charlas con él, casi sin respiro. En el avión que trasladó al plantel desde España a Estados Unidos para efectuar los trabajos de pretemporada y en el hotel de concentración. Participaron sus directivos, pero fundamentalmente la tarea de persuasión pasó por Lionel Messi, Luis Suárez y Gerarld Piqué, tres de los referentes más experimentados.

“Se queda” escribió ayer Piqué en las redes sociales, intentando despejar la duda que todavía persiste sobre una situación que se va modificando conforme pasan las horas y los días.

Pese a ese mensaje de optimismo, las reuniones de la cúpula dirigencial del Barcelona con el padre del futbolista no fueron buenas. La última cumbre sirvió para confirmar que Neymar tiene un ofrecimiento irresistible y que hay serias posibilidades de que pueda aceptarla. La estrategia es evidente: presionar para conseguir una mejora en las cifras contractuales convenidas ocho meses atrás.

En todo caso, el Barsa también dejó en claro que no negocia su venta y que tampoco contempla un aumento de su salario ante la danza de millones que manejan los magnates cataríes dueños del PSG.

A la espera de la palabra oficial, será el propio Neymar quien deberá valorar qué aspecto le es más conveniente. Si el deportivo o el económico, para ratificar o rectificar así el adelanto menos pensado que dio Piqué en Instagram.