Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La UNS comenzó a trabajar con su plan de voluntariado

Alumnos y docentes de la universidad participan de los trabajos en distintos barrios. Se ofrece desde apoyo escolar a chicos hasta talleres de salud, promoción de derechos o informática.
El secretario de Cultura y Extensión, Claudio Carucci, junto con la estudiante Pilar Fernández, voluntaria.

“Estamos convencidos de que el estudiante que pasa por un voluntariado no será el mismo profesional, porque se involucró en la realidad, la conoció y eso le dará otra sensibilidad y formación gracias al intercambio de saberes con la comunidad”, manifestó el secretario de Cultura y Extensión de la Universidad Nacional del Sur, Claudio Carucci.

La UNS cuenta con alrededor de 50 proyectos de voluntariado y extensión, que consisten en programas sociales que se realizan en distintos sectores de la ciudad con equipos formados por docentes y estudiantes.

Además, desde 2014, desde la secretaría empezó a generar vínculos con organizaciones sociales de más de una decena de barrios.

“En general trabajamos con sociedades de fomento, bibliotecas populares, movimientos sociales y clubes barriales. Trabajamos con entidades que representen y generen algo para el barrio y, en lo posible, que nucleen a otras instituciones intermedias así trabajamos en red. Desde la UNS acompañamos de acuerdo con las demandas y necesidades de cada lugar”, explicó Carucci.

Mientras que el eje transversal es el apoyo escolar para los niveles iniciales, la oferta de cursos, talleres y capacitaciones que docentes y alumnos de la UNS brindan es muy amplia e incluye informática, promoción de derechos, de temas vinculados a la salud e inserción al mercado laboral.

“De un año a otro puede que las entidades barriales sigan, cambien o se agreguen. Este año –-todavía hay tiempo para postularse-- tenemos mucha demanda pero vamos a tratar de darles un lugar a todos, aunque sea con pequeñas acciones”, agregó el secretario.

Pilar Fernández tiene 22 años, es del partido de Guaminí y, además de ser voluntaria en el Bajo Rondeau, cursa el cuarto año del Profesorado de Historia en la casa de estudios.

“Conocí el programa en el segundo cuatrimestre de 2015 y como me gustó tanto decidí anotarme para ir durante todo el año en 2016. Con mi grupo damos apoyo escolar en el club Unión (Santa Cruz, entre Blandengues y Roca) y trabajamos en conjunto con el movimiento El Grito”, explicó.

El trabajo no otorga dinero a los participantes, desde ya, pero cabe aclarar que tampoco brinda créditos académicos u otros beneficios que faciliten el avance dentro del programa de materias de la carrera.

Pese a que, como todo estudiante universitario, debe dedicarle muchas horas a la carrera, Pilar organiza sus días para ir al barrio siempre que sea posible.

“Como curso de tarde, las mañanas las suelo tener más liberadas. Voy al barrio dos veces por semana de 9 a 12 y tratamos de no faltar nunca, como somos de distintas carreras nos podemos cubrir cuando uno tiene un examen importante. No lo tomo como un sacrificio porque me encanta ir, ya es parte de mi vida. La sonrisa de los chicos y saber que lo que estás haciendo a ellos les sirve es fantástico”, resumió Pilar.

“Bien temprano tomamos el desayuno, después los ayudamos con deberes de la escuela o les damos actividades diseñadas por nosotros y después hay espacio para un momento recreativo”, comentó.

Si bien el objetivo principal del programa -–explicó Carucci-- no es dar el desayuno o la merienda en estos barrios, la realidad es que las colectas de alimentos organizadas en los eventos culturales gratuitos de la UNS permiten ofrecerlos en la medida de lo posible.