Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

El Centro Luis Braille progresa y busca más recursos

Cada día se reúnen allí unas 50 personas ciegas o disminuidas visuales. Asistencia y capacitación.
“El principal problema es la falta de recursos económicos”, admite la directora del Braille, Carlota Elizari.

Federico Moreno

fmoreno@lanueva.com

Por cada celular con botones que se deja de fabricar, múltiples diseñadores de aplicaciones piensan en las personas ciegas o disminuidas visuales a las cuales se les dificulta el uso de pantallas táctiles, sin relieves.

Al llegar al taller de computación y celulares que brinda el Centro Luis Braille, sorprende lo avanzado de algunas de esas herramientas, las cuales facilitan la utilización de un elemento que, hoy por hoy, se volvió indispensable.

Esa es una de las imágenes que brinda la institución de Thompson 44, que el martes pasado festejó su 58° aniversario. Día a día, sigue siendo el punto de encuentro para más de 50 personas no videntes.

“La institución se divide en tres sectores: el centro de rehabilitación, en el que se enseña a leer braille, usar el bastón, computadoras y celulares y del cual en un determinado momento se egresa; el taller protegido, donde trabajan fabricando cepillos o bolsas plásticas; y la biblioteca popular, que cuenta con libros de tinta, braille o grabados y a la que puede acceder cualquiera, aunque no pertenezca a la entidad”, sintetizó la directora Carlota Elizari.

Con casi 26 años en la institución y más de 13 como directora, Elizari manifestó la inquietud que genera estar, “como siempre, peligrando económicamente”.

“El principal problema del centro es la falta de recursos económicos: hay mucho recurso humano pero los fondos son siempre insuficientes. Se sostiene con la cuota social –-aportes de apenas 50 pesos--, con la venta de papel y lo recaudado por las obras sociales que reconocen el trabajo de rehabilitación, como el caso de PAMI”, añadió Elizari.

En Braille se realizan talleres de música, teatro y memoria, y también hay una psicóloga que trabaja en grupo y un gimnasio.

“En rehabilitación actualmente tenemos a 29 personas, en el taller protegido 33 y en los otros tres talleres que son fluctuantes contamos con unas 60. Además están nuestros 10 o 12 voluntarios –-cualquiera está invitado a acercarse-- que vienen o bien a leer en el taller o a grabar sus lecturas así después cualquiera las puede escuchar”.

Una de las principales necesidades, explicó la directora , es renovar las cinco computadoras con las que los no videntes trabajan constantemente.

“Ya están medio viejas, se necesitan computadoras nuevas para que funcionen los programas especiales que ellos necesitan”, agregó.

Testimonios: “La pared es nuestra”

Mirta es de Cerri y lleva unos ocho años en el centro. “La sociedad no ha avanzado mucho en la accesibilidad para ciegos”, dijo.

Sostuvo que los stands mal colocados en las veredas y los carteles muy bajos son algunos de los principales inconvenientes.

“Hay algunos puestos del centro que están contra la pared, y la pared es nuestra. Y los carteles no se pueden detectar con el bastón. Eso sí, el bahiense es totalmente servicial, la gente me ha ayudado un montón”, analizó.

Karina es santafesina pero vive en Bahía hace 15 años. “Vengo al Centro de lunes a viernes, acá somos como una familia. Hago tanto cepillos como bolsas en el turno mañana y a la tarde tengo una vida completamente normal. Estamos muy contentos por este nuevo aniversario de la institución, hemos formado un grupo muy lindo”, contó.