Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Hay opciones más rápidas que el acueducto desde el río Colorado

Si este año comienza su ejecución, como le anunció días atrás a “La Nueva.” la gobernadora Vidal, el proyecto recién comenzará a entregar agua a partir de 2022.
Foto: Rodrigo García-La Nueva.

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

Cinco años. Al menos hasta 2022 deberán esperan numerosos sectores de la ciudad para que puedan disponer de agua corriente en cantidad.

Seguramente serán cinco años cargados de penurias y riesgos sanitarios, de bronca e indignación que podrían evitarse si la empresa ABSA revisara algunos de sus objetivos y dejara de poner todas las fichas en la realización del acueducto desde el río Colorado para pasar a encarar varias obras postergadas por décadas y que requieren mucha menos inversión.

Hasta ahora, y de acuerdo con las polémicas declaraciones del titular regional de la empresa prestataria, Gustavo Bentivegna, barrios como Los Chañares, Don Ramiro y Villa Bordeu, entre otros, verán resuelto su problema de abastecimiento de agua recién cuando esté habilitada la obra del Colorado. ¿Y mientras tanto?

Ahora el dique Paso de las Piedras está lleno y no existe capacidad para traer más agua. Pero a diferencia de otros veranos en este la situación empeoró: los antiguos acueductos que en 2001 Azurix recuperó para poder transportar más agua desde el embalse parece que no pudieron seguir en operaciones y ABSA solo cuenta con el conducto principal, de 1.700 milímetros de diámetro.

Consultado por La Nueva. uno de los especialistas más reconocidos en el tema, el ingeniero Juan Carlos Schefer, admitió que con un dique a tope no se puede condenar a numerosos barrios a esperar sin agua cinco años más hasta que el acueducto del Colorado entre en funcionamiento.

“Hoy queda en evidencia la falta de inversiones en redes, potabilización y reservas”, señaló.

Sobre la obra del acueducto, un proyecto que aún no cuenta con el correspondiente estudio de impacto ambiental pero que igualmente puede ser licitado, Schefer recordó que se trata de una obra complementaria, incapaz de solucionar todos los males locales.

“A Bahía llegará algo menos de 2 m3/seg, pues parte del agua debe entregarse a las poblaciones en el camino (Pedro Luro, Hilario Ascasubi, Mayor Buratovich, Teniente Origone, Médanos, etcétera). La fuente principal siempre seguirá siendo Paso de las Piedras. El acueducto de 1.700 mm puede transportar 3 m3/seg.

“Es justo afirmar que para esas poblaciones --agregó-- la única solución que se ha ido postergando en el tiempo es un pequeño acueducto desde el río Colorado, con mínimo bombeo pues todas están con poca diferencia de nivel, contrariamente a lo que sucede en Bahía Blanca y Punta Alta, a las cuales habrá que bombear con altos costos energéticos, cuando dispone de otras alternativas sin bombeo y con otros beneficios tan importantes como el del incremento del agua potable”.

Tras señalar que la capacidad de potabilización quedó limitada a lo hecho hasta el año 1972, no habiéndose construido el tercer módulo de la planta en el barrio Patagonia y debido a que las reservas de agua potable no se amplían desde hace 87 años, Schefer señaló que la solución definitiva de esta situación crítica no es de corto plazo, pero sí se puede avanzar en menos tiempo que el requerido para la construcción del acueducto del río Colorado, con la optimización del sistema que se origina en Paso de las Piedras.

En tal sentido, mencionó como imprescindible el arreglo de las pérdidas y la construcción del tercer módulo de potabilización en la planta Patagonia .

“Ahora se suma otro problema que aumenta la necesidad de mayor potabilización. Se comenzó la construcción de la necesaria planta de reúso de líquidos cloacales. Excelente decisión, pero queda a mitad de camino, porque el agua que hoy usa el Polo Petroquímico se envía sin potabilizar desde la cámara de carga de Patagonia. Cuando esta planta dentro de 3 años esté funcionando y suponiendo que las industrias también lleven a cabo las etapas necesarias para que ellas pueden utilizar esa agua, ¿dónde se va a potabilizar el agua que dejaría de consumir el Polo, si la planta Patagonia hoy trabaja a pleno?”, dijo.

También aludió a la necesidad de ampliar la capacidad existente de almacenamiento de agua potable con nuevas cisternas y la construcción de un nuevo acueducto desde el dique, paralelo al existente, que contemple en su trayecto la incorporación de los pozos y “la alternativa de un muy riguroso estudio planteado por el Departamento de Geología de la Universidad del Sur, centrado en la construcción de pozos de captación de agua en la zona periserrana de las sierras. Éstos pueden sumar 86.000 m3 diarios”.

Análisis técnico

"Nos dijeron que era la obra a realizar", aseguró Vidal

Consultas. "Desde el punto de vista técnico no soy especialista, pero hicimos todas las consultas pertinentes y nos dijeron que esa obra (el acueducto del Colorado) era la que debíamos realizar".

Inversiones. La gobernadora María Eugenia Vidal dialogó con este diario días atrás y aseguró que la obra se va a licitar e iniciar este año. También afirmó que ABSA está en camino de invertir cada vez más.

Baja. "El número de reclamos del verano pasado a este bajó muchísimo en Bahía, sin que el tema esté resuelto. Se hicieron muchos reemplazos de cañería y seguiremos ese camino", agregó.

Opinión desde la UCR

Los problemas serán los mismos

Las autoridades del comité local de la UCR señalaron que resultan inaceptables las recientes declaraciones del titular local de ABSA.

“No pueden decirnos que la falta de agua se solucionará cuando esté operativo el acueducto del río Colorado. En estos días estamos ante la insoslayable oportunidad de constatar que mientras el embalse está lleno, los problemas en el abastecimiento no solo persisten sino que se agravan”, señalaron Carlos Ocaña y Aloma Sartor.

El presidente y la vicepresidenta del comité agregaron que no es necesario realizar un ejercicio de imaginación para determinar que si el acueducto estuviese construido y aportando más agua al sistema, los problemas serían casi los mismos, ya que se estaría inyectando agua a un “colador”.

“La prioridad debe estar en optimizar la gestión del servicio. Es necesario hacer una efectiva y planificada renovación de cañerías y rescatar el 40% del agua potable que se nos pierde del sistema. Solicitamos además que en forma urgente se revise el cuadro tarifario cuyo diseño ha significado para Bahía Blanca un retroceso inaceptable, a partir de determinar la tarifa sobre una base de valuación inmobiliaria, en vez de reforzar una gestión basada en el servicio medido”, agregaron.