Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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¿Las lluvias llegaron para quedarse en nuestra región?

El meteorólogo Leonardo De Benedictis lo pronostica: “Se mantendrán los 800/850 milímetros anuales”.
Producción ganadera bajo la lluvia en el SOB, en medio de inmensas pasturas. / Fotos: Sebastián Cortés, Pablo Presti, Emmanuel Briane, Facundo Morales y Rodrigo García-La Nueva.

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

   Las precipitaciones en el sudoeste bonaerense se mantendrán en los 800/850 milímetros anuales; es decir, 200mm. más que los promedios históricos; mayores lluvias se apreciarán —para la campaña 2017/2018— en las estaciones de primavera y otoño, así como se aguarda un invierno con temperaturas que no serán de fríos extremos.

   Son los pronósticos del meteorólogo Leonardo De Benedictis, quien explicó que se registra un cambio significativo de las condiciones climáticas respecto de anteriores costumbres, en especial por la forma en que se producen los eventos meteorológicos.

   “No son nuevos, pero sí más recurrentes”, definió.

Leonardo De Benedictis, meteorólogo / Foto: Facundo Morales-La Nueva.

   “Tormentas, vientos, sequías y lluvias; todas se presentan en un formato más severo. Y cuando antes era una vez por mes, ahora se triplicó”, amplió De Benedictis, en diálogo con La Nueva.

   —¿Cuáles son las razones?

   —Varias. Una es la teórica del clima por los ciclos naturales, y otra que se podría denominar antropogénica: la acción del hombre que deriva en un aumento de la emisión de dióxido de carbono.

   "Lo que pasa hoy es una combinación de ambas, aunque se nota una aceleración de ciclos por la acción del hombre. Antes eran de 500 años, pero actualmente son más rápidas. Estamos en un ascenso".

   —¿Son los ciclos que alguna vez describió el ingeniero Adolfo Glave, del INTA?

   —Son ciclos. Hubo un quiebre en 1970, cuando se intensificó el proceso de industrialización. Tomando los períodos de 50 años, nos encontramos al final de ese segmento, ya que 2020 es donde las oscilaciones están marcadas. Es una teoría que, acaso, tendremos un ciclo más seco a partir de entonces, pero hay otras que afirman que será el principio de algo que seguirá un rato largo más.

   —¿La agricultura ha afectado al clima o es al revés?

   —La agricultura ha generado más impacto en el clima que el clima respecto de la agricultura. Ahora estamos en un período de concientización, antes se lo maltrataba más (al suelo).

   "Hoy no es lo mismo una lluvia de 100 milímetros sobre un suelo erosionado que lo haga sobre uno que no haya sufrido ese proceso. Hay diferencia en los mismos milímetros de los años 1950 y de 2010. Aquí también está el tema del monocultivo y demás, por las múltiples razones por las que se haya empleado".

   —¿La siembra directa llegó en el momento justo?

   —Lo que hace es tratar mejor al suelo. El arado a disco dejaba el suelo desnudo y se perdían nutrientes y capacidad de absorción; hay una protección. De todos modos, en los últimos años se mejoró muchísimo en este aspecto.

   —¿El incremento de lluvias en nuestra región es una tendencia para los próximos años?

   —Es tendencia que, en esta región, se mantengan —por lo menos— los 800/850 milímetros anuales, con su mayor desarrollo en la primavera y en la parte final del verano/principios de otoño. Así se puede decir que el invierno y el verano, en pleno, se mantendría en los moderados.

   “Hubo aumento en los promedios generales de las isoyetas de lluvia, donde los 600 milímetros eran el límite en el oeste de Buenos Aires y centro sur de Santa Fe y Córdoba, y hasta llegaba a La Pampa, donde hoy estamos con promedios de 850 milímetros. Hubo una expansión, una modificación en el clima, que explica el incremento de la agricultura.

   —También está el aporte de la biotecnología...

   —Claro. El clima es un factor más, pero importante. Por ejemplo, la incorporación de semillas en los últimos años cambió la preparación del productor. Con un manejo eficiente en los años secos utilizó tecnologías adecuadas, cuando antes era una semilla para todo y se acondicionaba al clima.

   —¿Qué pasó con La Niña en la última campaña?

   —El evento de 2016/2017 fue La Niña (NdR: supone lluvias menores a los promedios históricos) técnicamente, porque en realidad lo que definen estos eventos son las temperaturas del Pacífico. Pero lo que pasó en la Argentina no fue una Niña típica.

   "Hubo lluvia, pero también períodos secos como en el sur de La Pampa y en el sur del sudoeste bonaerense, donde luego se produjeron los incendios, pero a partir de las Fiestas arrancó un ciclo húmedo con precipitaciones de 80 u 90 milímetros por semana, lejos del comportamiento Niña.

   —¿No se pronosticó bien?

   —Estuvo bien pronosticado, pero el impacto no fue el esperado. En sectores como la zona Núcleo, por ejemplo, en un año típico de La Niña hubiera faltado agua.

   —¿Qué etapa se atraviesa ahora?

   —Estamos en un evento neutral; no de transición.

   —¿Neutral? Es decir, lluvias con promedios históricos normales...

   —En realidad no. Así se habla para determinar la temperatura del Pacífico. De todos modos, entiendo que ya es hora que no saquemos de la cabeza, en esta época sobre todo, de que cuando hablamos de Niña nos referimos a sequía; que cuando decimos Niño nos referimos a lluvia e inundaciones y que cuando decimos Neutral es por condiciones normales.

   —¿No es así?

   —Sucede que hay mucha variabilidad. Justamente, el evento Neutral es el que más variabilidad posee. Al tener condiciones neutrales en el Pacífico se trata de una señal muy débil y por eso empiezan a jugar otros factores, como las temperaturas y el anticiclón, ambos del Atlántico. Y, según la intensidad que tenga, puede aportar mucha o poca humedad a nuestro país. Ahí se hacen más fuertes los factores regionales, como lo que sucedió en Perú o con la humedad del Amazonas.

   “Si uno toma todos los eventos Niña y todos los Niño, el mayor porcentaje de años lluviosos es de Niño, pero no todos; y cuando se analizan los años secos, corresponde a Niña, pero no todos. Existe un rango de probabilidad, pero no es siempre así. Eso sucedió este año, que fue lluvioso pese a ser un año Niña".

   —¿Hasta cuándo se mantendrá Neutral?

   —Hasta septiembre venidero, en el otoño del hemisfero norte. A partir de ahí, hay una pequeña tendencia para que pasemos a un evento Niño muy débil.

   "La mayoría de los modelos que elabora este tipo de predicciones apunta más a un evento Neutral hasta marzo de 2018.

   "Otros juegan a que se intensifica la temperatura del Pacífico, que habrá un Niño débil hasta esa fecha y, desde entonces, se volvería a condiciones neutrales".

Temperaturas en franco ascenso

* Historia: "Se viene una fuerte tendencia de ascenso de temperatura, en especial de las mínimas. Si uno toma la mínima y la máxima de los últimos 100 años, lo que se aprecia es una pronunciada curva de ascenso en las mínimas, pero no tanto en las máximas. Esto hace que los inviernos no sean tan fríos. La cantidad de días con heladas del año 2000, comparadas con 1950, son muy inferiores a las actuales", afirmó De Benedictis.

* Verano: "¿Si tendrá continuidad? Es probable; no hay factores que indiquen que la temperatura empiece a bajar. Puede haber un año más frío que otro, pero será efímero en una tendencia", dijo.

* Estrés: "En verano no se nota tanto la variabilidad, porque juega la máxima. Por caso, ahora empezó el estrés térmico en las vacas. Cuando la temperatura no baja de los 23º, el cuerpo humano, los animales y hasta las plantas no descansan y no se recuperan, aunque la máxima no pase de los 31º", explicó.

Mar y sierras, complejo para pronosticar

* En el SOB. "En una región con geografía accidentada es difícil hacer un pronóstico. Los más complejos son los de cercanía de montaña. En el SOB hay un contexto de llanura, pero complica la amortiguación que genera el mar”, dijo De Benedictis.

* Falla. “¿Por qué erramos los pronósticos? ¡Por la puntualidad! Mañana se esperan en Bahía Blanca lluvias en el orden de los 60mm. Pero si miramos el mapa vemos que en Pringles llovió 60mm. Hay veces que uno espera que el evento se de, pero es una falla si no se produce”, contó.

* Tiempos. “Hace 10 años nos preguntaban: ¿Va a llover mañana? Hoy cambió: ¿A qué hora va a llover mañana? A la respuesta 'después del mediodía', se repregunta: Después del mediodía ¿tarde o temprano? Tipo 3 de la tarde; pero al final llovió a la 5. ¿Hay un error? Y, sí, pero es porque queremos ser más precisos en algo que aún no existe tanta precisión”, explicó.

Una herramienta cada vez más frecuente

* Negocio: “Dentro del negocio agropecuario, los productores usan cada vez más la herramienta de la meteorológica. Se ha mejorado muchísimo en pronósticos en los últimos 10 años, aunque admito que falta mucho desarrollo”, dijo De Benedictis.

* Proyecciones: “Hubo un cambio rotundo en la tecnología para este tipo de proyecciones. Antes, para hacer una proyección a 9/10 meses se tardaba eso, por lo que cuando tenía el resultado ya no lo necesitaba... Hoy, a diario, se procesan cuatro o cinco veces al día esas proyecciones, donde se pueden hacer promedios y estadísticas”, agregó.

* Corto plazo: "El productor ha sumado, ahora, los pronósticos a corto plazo, que se realizan con un porcentaje de acierto de alrededor del 90%", explicó.