Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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“Si no subimos la relación vaca— ternero, no habrá más crecimiento”

El productor ganadero —y consejero del IPCVA— Jorge Grimberg cree que el 70% de preñez promedio en los vacunos del sudoeste bonaerense debe incrementarse.
Producción ganadera en el sudoeste bonaerense. / Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

   “La ganadería en el sudoeste bonaerense sigue creciendo a valores anuales de entre el 2 y el 3%, que está bien, pero en realidad lo que tenemos que aumentar es la relación vaca-ternero”, dijo Jorge Mario Grimberg, productor ganadero de Bahía Blanca.

   “Según los datos de la fundación para el control de la aftosa, en los distritos de Bahía Blanca y de Coronel Rosales llegamos a un 70%, pero entiendo, firmemente, que se puede aumentar si pretendemos consolidar el crecimiento de una actividad clave en la región”, agregó.

   La relación se considera ideal (100%) cuando una vaca produce un ternero en un período anual. En términos reales, en el país el porcentaje de preñez es del 75% (lo ideal sería el 95%, de acuerdo con estudios de índices reproductivos); el de parición del 69% (92%) y el de destete del 62% (90%).

   “¿Cuál es el número ideal para el sudoeste? Hay grandes campos con buenos índices y hay otros con bajos porcentajes, con el 40 y 50%, que es inviable para un planteo de 100 vacas y 50 terneros, por ejemplo”, explicó.

Jorge Mario Grimberg, productor ganadero, dirigente gremial, consejero del IPCVA y veterinario de profesión. / Foto: Facundo Morales-La Nueva.

   “Es fácil cambiar de 50% a 60/70% con lo que hay disponible, pero es difícil subir partiendo del 80%. Indudablemente, para poder crecer la disponibilidad de pastos es fundamental”, dijo Grimberg, quien además es consejero titular del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), por Confederaciones Rurales Argentinas, y miembro de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA).

   —¿Qué hay que hacer para elevar la relación vaca-ternero?

   —Los productores buscan tecnificarse. Hay mucho y disponible de costo cero. El INTA trabaja muy bien en nuestra región con variadas pasturas que se pueden hacer y, además, se pueden incrementar. Este material también está para ser consultado por los productores.

Desarrollo de pasturas naturales en el SOB. / Foto: Facundo Morales-La Nueva.

   “Hay que hacer una diferencia entre los campos de cría , que son una opción y los de engorde. Es cierto que hay tecnología disponible, pero también hay tecnología deportiva (sic). Es decir, se pueden hacer muchos kilos, pero si no ingresa dinero...

   —¿Cómo se encuentra un equilibrio?

   —Hay que buscarlo para que el negocio tenga rentabilidad. Hoy, por ejemplo, la carga impositiva del campo no se resiste. Todo sube. Las tasas viales han aumentado hasta el 100% y muchos caminos no están buenos.

   —¿Cuesta mucho dinero ser eficiente?

   —Una parte de la eficiencia depende de la persona que está en el campo y de su manejo, y la otra está relacionada con la inversión económica. Hay gente que puede invertir y otra que no. Pero siempre está claro lo mismo: no hay mejor incentivo que la rentabilidad. Si existe, uno puede invertir. La ecuación ideal es ser eficiente con rentabilidad.

   —¿Sigue creciendo la ganadería en el SOB más allá de los números?

   —Sí, a un ritmo del 2 a 3% por año. Mucha gente, que había decidido hacer algo de agricultura, se dio cuenta que la ganadería es mucho más segura; en especial en nuestra zona. Los insumos para hacer una agricultura de mediana inversión son muy altos y los precios del trigo y la cebada para rindes como los de nuestra zona no creo que compensen la inversión.

Transporte de cereal cerca de White. / Foto: Pablo Presti-La Nueva.

   “Hoy, un flete de 60/70 kilómetros para traer el trigo cuesta el 10% del total transportado. Con bajos rindes, no es rentable”.

   —¿Cuál es el porcentaje de las dos explotaciones en el SOB?

   —El 70% corresponde a la ganadería y el restante 30% a la agricultura.

   —¿Puede subir un poco más la ganadería?

   —Sí. Insisto en que es más segura desde el punto de vista de la inversión. Además, si bien venimos de muchos años de sequía, en las ferias no se observan animales flacos, porque de una manera u otra han aparecido las pasturas. Ahora, lo ideal es, cuando hay un sobrante y en la medida económica de cada uno, hacer reservas, ya sea grano, rollo o picado en bolsa o silo de picado fino.

   “Está claro que nuestra zona es ganadera; ganadera de cría, ya que mucha gente está engordando o recriando”.

   —¿El precio de la ganadería da rentabilidad?

   —Estamos con los mismos precios de hace casi un año. Y todos sabemos cómo han subido los insumos. Hoy, hacer un pastoreo de avena o cualquier otro de invierno tiene un costo importante y hay que saber manejarlo muy bien. De todos modos, los productores siguen apostando a la ganadería.

   —¿Cómo está el sector en general?

   —Crece porque el cambio de Gobierno le dio un aire nuevo. Hoy no hay ROE's y no hay problemas para exportar; no aparece nada raro. Incluso, en muchos lugares la ganadería le está compitiendo a la agricultura. Son zonas diferentes a las nuestras, donde está casi aseguradas la lluvia y la productividad. También se invierte un poco más por rotaciones.

   “Hay un incremento en la venta de las semillas para pasturas. Y quien invierte en pasturas lo hace para cuatro o cinco años.

   —¿Hay créditos disponibles en este sentido?

   —Se han lanzado algunos, pero hay que verlos para cada región en particular. Sin créditos, a los productores de nuestra zona que tuvieron que salir por razones climáticas, se les hace imposible retornar.

   “Sería importante que haya créditos a valor producto, por ejemplo, al margen de las complejidades de normas del Banco Central (BCRA).

   “También se trabaja en poder prendar la hacienda como una forma de respaldo. No hay que olvidarse que el valor de la hacienda que camina hoy en la Argentina supera el valor de las reservas del BCRA (NdR: a ayer, viernes 19, U$S 48.659 millones). Por eso se buscan otras alternativas para sacar créditos con posibilidades ciertas de pago".

   —¿Cómo está la exportación?

   —Complicada. Hay dos o tres razones. Una es el costo argentino, que es alto. Justamente, el IPCVA, a pedido del ABC (Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas), se hará un estudio sobre los diferentes costos de los frigoríficos en los países limítrofes. Sucede que estamos muy caros respecto de otros en relación al precio de la hacienda. Eso hace que los exportadores no tengan precio para competir con el mercado interno. Y al no tener precio, no hay incentivo para que los productores hagan un novillo pesado, de unos 450 o 460 kilos.

   “La exportación, hoy, no es competitiva respecto del mercado interno. Y también influye el atraso cambiario”.

   —Pero está la opción de nuevos mercados...

   —Claro. Cuando uno va afuera promete que, a diferencia de años anteriores, hoy se puede cumplir; la Argentina era un mercado inseguro. Nuestra carne sigue siendo valorada, pero en lo que más hay que insistir es en el cumplimiento de que, hoy, se dispone libremente de todo lo que se puede exportar.

La tipificación: ¿obligatoria o voluntaria?

   —¿Estás de acuerdo con el proyecto de tipificación de la carne?

   —Por un lado está la tipificación y, por otro, la identidad de la carne. Son temas diferentes.

   “Brasil tuvo un problema importante con un fraude (NdR: carne adulterada, hace un par de meses) y salió a tapar todo, trabajó en eso y ahora vende carne sudamericana. Digo esto porque hace unos días nos decía el embajador de China que nuestro país tiene que identificar la carne, ya sea con un logo, una bandera o lo que sea, tal como el lomo de Australia. Esto habría que hacerlo.

  “Respecto de la tipificación, se trabaja con un nuevo sistema que tenemos que acordar entre todas las partes. Hay un tema que es decisivo: si será obligatorio o voluntario. En Australia es voluntario y surgió para tratar de incentivar el consumo interno.

La polémica por la carne adulterada de Brasil. / Foto: Archivo La Nueva.

   “Acá, Agroindustria está trabajando en un proyecto. El que se presentó en su momento tiene puntos difíciles de cumplir, pero si es obligatorio, por ejemplo, ¿quién tipificará en los mataderos regionales? Y lo que es más: ¿quién se hará cargo del costo? Por eso hay que consensuar un sistema posible y que no sea oneroso para el productor.

   —¿Dónde hay que fijar la barrera sanitaria?

   —Es un tema delicado, porque lo tiene que definir el Senasa. Según las reuniones que hemos mantenido con el presidente (del Senasa) Jorge Dillon, hay que esperar la decisión de los EE.UU, que podría generar algún tipo de inconveniente con Chile.

   “Pero no creo que sea un tema de resolución rápida y sencilla. Lo que plantea La Pampa es para que se les permita el ingreso al sur de animales nacidos, criados, recriados y engordados, pero si es un problema sanitario solamente, está la posibilidad de que el resto de las provincias pida ingresar. Y eso también habría que resolverlo".

   —¿Cómo se pueden atenuar los incendios en la región?

   —Hay que hacer inversiones en picadas, pero hoy se prioriza el alambre. Lo que sí sería importante es dotar, en estos meses, a los bomberos con elementos y no esperar a que llegue el verano. El Estado tendría que invertir en elementos más modernos.

La media res colgada del hombro

   —¿El precio de la carne en góndola es el que corresponde?

   —La Argentina tiene un sistema que es obsoleto, el del transporte de la media res colgada del hombro de una persona.

   “De charlas con representantes de frigoríficos surge que, entre el 35 y el 40% de la venta de carne, la realizan en caja, para un solo corte. Vienen cajas de 30/40 kilos u otras con 10 lomos de 1,2 kilos cada uno, con un envase al vacío.

   “Lo que sucede en la Argentina es que a las zonas de menor poder adquisitivo van los cortes que más se consumen, lo contrario a la carne que llega a los lugares de sitios, donde uno supone, mayor poder adquisitivo.

   "Ahí se nivela el consumo, aunque para que una media res le de rentabilidad al carnicero tiene que cobrar un poco más caro el corte más barato, porque son los que más demanda.

Hay debate respecto de la media res. Foto: Sebastián Cortés-La Nueva.

   "Por eso pueden conseguirse lomos más baratos en el Conurbano.

   “También cambia mucho el tema de la evasión; habría que empezar una reforma gradual en este sentido.

   "En el instituto (IPCVA) estamos en diálogo con todos los actores en este sentido”.

   —El consumo de la carne vacuna venía bajando y se ha estabilizado en los 55 kilos por habitante por año. ¿Está bien?

   —Lo bueno es que haya un aumento en el consumo de las alternativas porque, en la medida que se puede exportar, con que alcance la carne para el consumo interno estará bien.

   “Entre el cerdo y el pollo superan a la carne vacuna, y lo cierto es que estamos en casi 115 kilos de proteína por habitante por año. Creo que está bien. Además, en el país hay cada vez más habitantes y se faena la misma cantidad de hace años”.

La incidencia del mercado chino

* Avión: "China es un mercado de bajo precio respecto de cortes de alto valor, pero hay una corriente de alto poder adquisitivo que ve la posibilidad de importar carne de precio altos. Hay que seguir trabajando en esto: exportar carnes sin hueso y refrigerada, que debería ir por avión, aunque los costos son altos y no dan", dijo Grimberg.

* Kosher: “Otro corte importante es el kosher. Va a Israel, que es tercer importador de carne de la Argentina y requiera de un sistema de faena especial y se paga un precio diferenciado", agregó.

* Al vacío: “Estamos viendo cuántos días dura el vacío refrigerado. Hasta ahora son 92 los días sin problemas de contaminación. El productor tarda 45 días a llegar al destino, y el importador tiene 30/40 días para vender, cobrar y demás”, dijo.