Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Las causas de Ricardo Echegaray, ¿hasta la ruta del dinero K?

El periodista Matías Longoni, autor del libro Fuera de Control, entiende que un efecto dominó puede producirse a partir de las recientes acusaciones al extitular de la AFIP.
Ricardo Echegaray, extitular de la AFIP. / Foto: NA.

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

   “No hay dudas que algunas cosas se han precipitado. Un par de procesamientos y un par de arrepentidos lo pueden complicar. Lo enmarco en una presión social muy fuerte que, ahora, lo incluye”.

   Lo dijo Matías Longoni, periodista especializado en agro, acerca de la suerte del puntaltense Ricardo Echegaray, una pieza clave del gobierno kirchnerista que, hasta hace 10 días, gozaba del olvido de los estrados en comparación con funcionarios de la misma gestión que, hoy, transitan otro destino.

Matías Longoni, periodista de Télam y de Bichos de Campo. / Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

   “La aparición de (Alejandro) Vandenbroele como arrepentido es una de las razones por las que se debería avanzar contra Echegaray por el tema Ciccone y por la aplicación del artículo 32. Y esto habilitará para que cualquier fiscal tome la lista de quienes fueron beneficiados con ese artículo luego de Ciccone”, agregó.

   Longoni sostuvo que hay otros dos territorios donde hay avances, respecto de Echegaray. Uno es Cristóbal López, donde la Corte le acaba de revocar la quiebra a Oil Combustibles y lo obligan a pagar $ 8.000 millones.

   “El vínculo es que alguien permitió que Oil se quedara con el dinero de los contribuyentes del impuesto a los combustibles, lo cual no sólo es una súper elusión, sino que se concedieron muchas refinanciaciones”, explicó.

Alejandro Vandenbroele.

   “El otro punto es la ruta del dinero K y cómo Echegaray permitió, desde la AFIP, decenas de maniobras de Lazaro Baéz y sus empresas para eludir tributos, presentar balances y demás”, contó.

   “Por ejemplo, Echegaray disolvió la regional de la AFIP Bahía Blanca durante varios meses cuando se empezó a investigar el tema de las facturas truchas. Fue para darle cobertura a las operaciones fraudulentas de Báez”, dijo.

   Longoni es, acaso, quien más conoce a Echegaray y así lo reflejó en su libro "Fuera de Control", que salió a la venta a fines de 2011. Allí denunció, entre otros casos, la construcción de un feedlot en Bajo Hondo (Coronel Rosales) que, según sus investigaciones, estaba a cargo de una empresa de Echegaray.

Cristóbal López.

   De paso por Bahía Blanca, este es un tramo del diálogo de La Nueva. con Longoni:

   —¿Por qué tardaron en llegar las causas contra Echegaray?

   —La mayoría habían sido cerradas, casi sin ser investigadas, desde el 10 de diciembre de 2015. Las más cercanas a mis investigaciones eran la ONCCA (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario); el feedlot que, a través de testaferros, montó en Punta Alta y los subsidios a feedlots truchos a gente pobre de Mar del Plata. Se unificaron y el juez (Marcelo) Martínez de Giorgi la cerró en primera instancia sobreyendo a Echegaray y al resto de los implicados. Y así sucedió con todos los expedientes que se abrieron antes del cambio de gobierno.

   —¿Cuál es tu interpretación?

   —Hay muchas especulaciones. La principal es que Echegaray tenía poder de fuego como para negociar con algunos jueces federales y, en forma rápida, sobreseer y no juzgar. Lo cierto es que, hasta hace unos días, era uno de los pocos funcionarios de primera línea del kirchnerismo que no tenía un dolor de cabeza.

   —Se puede conjeturar que ha perdido poder...

   —La AFIP es la base de datos más importante del país. Está demostrado que, en muchas situaciones, Echegaray no dudaba en usar información en provecho propio o para su partido político.

   “Cuando tuvo que suministrar datos de un jubilado de Mar del Plata para que Cristina (Fernández) lo escrache públicamente, lo hizo. Cuando tuvo que usar información secreta fiscal para apretar a productores y a la FAA, también. En 2008, antes de las elecciones del año siguiente, a Francisco de Narváez le inventó causas acusándolo de contrabando de efedrina.

Cristina Fernández.

   “Echegaray fue el fiscal de cada uno de nosotros cuando le convenía políticamente. No tengo por qué creer que no utilizó ese poder para condicionar a ciertos jueces. A partir de su rol en la AFIP, logró construir sólidas alianzas políticas que le aseguraron impunidad”.

   —¿Eso explica que haya seguido trabajando con el actual Gobierno?

   —No lo sé. Lo cierto es que fue auditor general de la Nación durante más de seis meses del gobierno macrista y no tuvo mayores problemas con el resto de los funcionarios, a excepción de Lilita (Carrió). Ella sabe bien lo que implica Echegaray. No es solo ONCAA, sino que es DJ (Declaraciones Juradas) y cómo se trababan importaciones para cobrar a través de la mafia de los contenedores. También es la vieja Aduana, que permitía el ingreso de 4.000 o 5.000 contenedores cargados con chucherías chinas en un gobierno que decía defender la industria nacional. Es uno de los sujetos centrales para entender cuál era el esquema de recaudación del poder kirchnerista”.

   —¿De qué se trata el artículo 32 que compromete a Echegaray?

   —Eran renegociaciones de deudas generosas a ciertos contribuyentes. Echegaray concedió una moratoria excepcional a la imprenta Ciccone para dejarla limpia de deuda, y en funcionamiento, para The Old Found, la empresa que había armado (Amado) Boudou.

Amado Boudou.

   “Echegaray siempre pregonó que era inocente porque eso se lo había pedido Boudou formalmente; de hecho consta en una carta. ¿Si no es una coartada? Podría haber rechazado la formalidad, sobre todo si sabés que estás cometiendo un delito. Pero estaba claro que una empresa iba a pasar a ser parte de los amigos del poder a través de un beneficio fiscal extraordinario.

   “Rafael Resnick, uno de los principales asesores y amigos de Echegaray, está procesado en la causa Ciccone. Era quien él mandó a negociar con Boudou y (José María) Núñez Carmona; sin embargo está preso el asesor, pero no quien tomó la decisión de la moratoria".

   —¿Hay otros beneficiados con el artículo 32?

   —Sí, pero sería importante que la justicia lo revise porque nunca lo hizo. A partir del caso Ciccone, Echegaray no otorga uno o dos más artículos 32, sino decenas por una deuda increíblemente millonaria a una serie de organizaciones que, acaso, no la necesitaban como, por ejemplo, la organización de Madres de Plaza de Mayo. Pero también a clubes de fútbol.

   “Habría que investigar, a Echegaray, y a su entorno, si no hubo una contraprestación de quienes recibían esas concesiones. Esto podría generar un proceso de justicia en serio. Pero la lista es tan extensa que tocaría a varias empresas del poder actual".

   —¿Crees que se está haciendo justicia?

   —Soy bastante escéptico. Veo que se están juzgando un montón de tangencialidades y no el nudo de la corrupción kirchnerista.

   ---Pero Julio De Vido está detenido; Boudou también...

   ---Insisto: juzgarlo a De Vido por una tangencialidad cuando fue responsable de la obra pública del país durante 13 años...

Julio De Vido.

   “El núcleo duro de corrupción, económica y sistémica, era básicamente la obra pública y poner trabas para que compres dólares, para que importes, para que sólo exportes a través de los ROE's rojos y de los ROE's verdes y luego te cobro, por izquierda, un salvoconducto para que puedas importar o exportar o comprar dólares. Y en esto mucho tenía que ver Echegaray. Volvemos siempre a lo mismo”.

   —¿Las causas cerradas ya no pueden abrirse?

   —El argumento de las defensas es que cuando algo se considera cosa juzgada, porque se declaró inocente al acusado, no puede volver a investigarse. Pero con una decisión política se podría revertir.

   —¿Crees que Cristina Fernández puede terminar presa?

   —No me parece. No creo que esto sea una revisión judicial a fondo y hasta las últimas consecuencias. Llegar a la expresidente sería muy evolucionado para una sociedad que no está pidiendo justicia, sino más bien revancha.

  —¿Por qué sos escéptico?

   —Porque no creo que estemos haciendo un ejercicio de justicia que sirva para que no nos vuelva a ocurrir lo mismo; digo, para modificar instituciones y para solidificar éticas.

Lázaro Báez.

   “Me parece que tiene mucho de vendetta, de revancha, de calmar una ansiedad social respecto del fin de la impunidad. Emociona el fin de la impunidad, porque es uno de los problemas crónicos de la Argentina, y está bien que todos se regocijen con que no se puede hacer cualquier cosa en el ejercicio del poder, pero insisto en que no estamos generando justicia.

   “Donde hay un funcionario corrupto, hay alguien que lo corrompe, o entra en su juego, a veces por necesidad, a veces porque es un camino directo, pero hoy, acá, no estamos juzgando al empresariado argentino y por eso no podemos hablar de Mani Pulite ni Lava Jato, donde caen importantes empresarios. Eso me preocupa, porque salvo el chivo expiatorio de Lázaro Báez, no veo a otros en la silla de los acusados”.

   —¿Cuál fue el costo de escribir Fuera de Control?

   —Fue uno de los primeros libros sobre la corrupción sistémica del kirchnerismo. Eso valió que saliera una sola edición, que no fuera bien distribuida y que la AFIP, que regulaba las importaciones de libros, apretara a las editoriales. Editorial Planeta fue muy valiente al publicarlo; en realidad por un pedido especial de Luis Majul.

   “El libro tiene una intensidad apabullante de datos y consumió buena parte de mi vida. Luego sí hubo algún disgusto por la demanda civil que inició Echegaray contra mí y no contra los editores del libro o del diario 'Clarín'. Fue un caso testigo. Reclamaba un millón de pesos, que equivalía a 20 años de mi salario de ese momento”.

   —¿La causa sigue abierta?

   —Sí. Está en la Justicia Civil de Buenos Aires, pero Echegaray nunca demostró demasiado interés en ese juicio. La intención era como un modus operandi de los funcionarios de entonces para pasar de denunciado a denunciante, estableciendo esto de la posverdad.

   —¿Cuál era la acusación?

   —Montar un complot mediático para perjudicar su imagen. Durante dos veranos me dediqué a contestar demandas, pero fue sencillo porque todo lo que había publicado tenía sus fuentes.

   "La mayor parte de la corrupción de la ONCCA está probada, y no porque yo sea un gran periodista, sino porque salían publicadas en el Boletín Oficial”.

   —¿Alguna vez estuviste frente a Echegaray?

   —Sí, antes de la publicación del libro. Fue uno de los pocos momentos en que sentí sudor frío cuando salí de una reunión. Luego lo vi en las audiencias de conciliación. A una fue; yo entré solo y él apareció con tres coches enormes y varios custodios. Fue cuando era el titular de la AFIP”.

   —¿Qué hace hoy?

   —Es asesor de diputados del FPV. Vive en Buenos Aires. Tuvo una larga licencia, pero siguió cobrando uno de los sueldos más altos de la administración pública y siempre conservó, por esta magia que existe en la AFIP, en la Aduana y en algunos otros organismos donde nadie, salvo una condena a cadena perpetua, pierde su puesto de trabajo ni le pueden iniciar un sumario. Sigue siendo aduanero. Hoy es un ñoqui, por orden directa de Cristina Fernández”.

El feedlot de Bajo Hondo

* Ganadería: “Recuerdo en detalle el caso del feedlot de Punta Alta. De hecho, en Bahía Blanca terminé de anudar parte de la historia”, dijo Matías Longoni, acerca de uno de los hechos de mayor repercusión —hasta el momento— respecto de la gestión de Echegaray.

* Inversión: “Estaba el rumor y algunos productores me escribieron que, en Bajo Hondo, estaban haciendo una inversión descontrolada para un feedlot con 14 comederos", manifestó.

* Registro: "A fin de 2008 se lo inscribió en la AFIP y, luego, en la oficina local de la ONCCA, a cargo de una amiga de Echegaray, Patricia Quinteros, que era compañera de secundaria de la mujer”, contó.

* Tres matrículas: “Echegaray, como director de la ONCCA, firmó los papeles habilitando a Hacienda Argentina SA a funcionar como feedlot, matarife abastecer y exportador de carne", detalló.

* Contra la sequía: "El feedlot operó con la sequía, cuando las vacas valían menos que un par de zapatos y había un escenario crítico, por eso era rara una inversión de ese calibre allí”, indicó.

Imagen del feedlot de Bajo Hondo. / Foto: "Clarín"

* Departamento: “La historia se contó en noviembre de 2009, en el diario "Clarín", con fotos y los chequeos correspondientes, como que el domicilio que declaró el feedlot era un departamento de la calle Paraguay, en CABA, reconocido como propio por el matrimonio Echegaray”, recordó el periodista, quien hoy trabaja en Télam y en Bichos de Campo.

* Publicación: “Lo más bizarro fue que Echegaray había hecho el pedido de compensaciones por el feedlot. Pero nunca las llegó a cobrar; antes salió en el diario", explicó.

* Argumento: "Era tan irregular el asunto que, por eso, Echegaray decidió no cobrar; y este es el argumento por el cual Martínez de Giorgi lo exoneró en la causa ONCCA. Dijo que no había delito porque no llegó a cobrar...”, sostuvo Longoni.