Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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"Antes de empezar a correr, vivía en problemas", contó el ganador de los 8K en Bahía

Se trata de Pablo Toledo, el santiagueño de 21 años, quien recorrió más de 1400 kilómetros para competir en nuestra ciudad. “Era irresponsable, ahora soy todo lo contrario. Arranqué por una chica y me di cuenta que podía”, dijo.
Fotos: Emmanuel Briane y Facundo Morales-La Nueva.

Por Mikel Iñurrategui  / minurrategui@lanueva.com

   Con el rosario al viento al ritmo de sus zancadas, Pablo Toledo levantó los brazos y miró al cielo mientras pasaba por el frente de la Catedral de nuestra ciudad y transitaba los últimos metros que le faltaban para quedarse con la competencia de 8K de la primera etapa del Desafío “La Nueva.”

   “Siempre corro en memoria de mi 'Tata', le hice una promesa: que me iba a entrenar siempre y nunca conformarme”, contó Pablo, y en ese instante nos abrió la puerta a su historia de superación y sacrificio. Una de las tantas que suele “esconder” el atletismo en particular y el deporte en general.

   Pablo Toledo tiene 21 años, es de Santiago del Estero y recorrió más de 1400 km. previo a ganar esta carrera.

   “Estoy muy feliz, porque mi mamá hizo un esfuerzo para costearme el viaje. La Subsecretaria de Deportes me dio una mano y dejé de lado una semana de estudio que para mí es muy importante”, admitió Toledo, quien cursa el primer año del Profesorado en Educación Física.

   El santiagueño finalizó la prueba con un tiempo de 28m 08s (3m 31s/km).

   “Gerardo (Arias, su entrenador) iba a la par diciendo ¡no aflojés, vos podés! Y el último kilómetro me decía ‘te están acortando distancia, te llegan...!’ Y lo primero que pensé fue en mi familia y mi tatuaje ‘Todo se puede’ ¡Dale!, me decía”, nos confió Pablo.

   Y ahí nos mostró otro pedacito de su vida.

   “Tengo dos tatuajes -agregó-, el otro dice 'nunca te rindas'. Antes de empezar a correr tenía muchos problemas con el alcohol, era muy irresponsable. Todo lo contrario de lo que soy ahora. Vivía en peleas, problemas, y los empecé a superar y pasé de un extremo a otro.

   Me sentí muy bien y vi que todo se podía. Cuando veía algo imposible me esforzaba por lograrlo y me decía a mí mismo la frase ‘todo se puede’. Hay veces que en este deporte uno se bajonea, y en otras estás solo. Justo te peleas con tu mamá, con tus amigos y estás sólo, entonces necesitás algo. Por eso me he hecho los tatuajes: son mi salvavidas cuando estoy hundido”, explicó Pablo, quien también entrena a un grupo de chicos.

“Me inculcaron que no hay que dejar de lado el estudio, porque no se puede vivir de este deporte. Y si se vive es muy con lo justo”, dijo Toledo.

   Pero estos capítulos que hoy Pablo escribe en su vida gracias a este deporte, tuvieron un particular comienzo.

   “En el atletismo arranqué a los 16 años. Empecé porque conocí una chica que hacía deporte y yo le mentía diciéndole que salía a correr; porque su padre hace triatlón. Y cuando me preguntaba ‘che, ¿cuando corrés?’, tenía que salir porque sino se me acababa el chamuyo (risas). Detrás de eso me di cuenta que era buen corredor. En mi primera carrera certificada terminé 105 entre 8 mil personas, y ahí dije: ‘che, los primeros ganan 10 mil pesos, en una de esas...’ y desde ahí empecé a entrenar más seguido”, contó.

   Aquello que inició casi como una travesura ahora es su estilo de vida y su motor para proyectar su futuro.

   “Aspiro al alto rendimiento, a correr a la par de Fede Bruno, de Ulises (Sanguinetti), José Luis Luna...”, cerró.