Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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El baño de Alberto Nisman

La noche del sábado 17 de enero de 2015, o la madrugada del domingo 18, el fiscal Alberto Nisman murió. Tenía 52 años y hasta unas horas antes trabajó afanosamente en la que sería su exposición ante una comisión de la Cámara de Diputados de la Nación.

Nisman daría a conocer qué elementos consideró para denunciar a la mismísima presidenta de la Nación, Cristina Fernández, y a otros funcionarios del gobierno, por un posible encubrimiento a sospechosos de haber sido parte del atentado a la AMIA en nuestro país, a partir de un memorándum de entendimiento con Irán.

Sin embargo, luego de enviar algunos mensajes de teléfono a allegados, el fiscal murió. De un tiro en la cabeza. En el baño de su departamento del piso 13 de la torre Le Parc, en Puerto Madero. Recién después de las 22 de ese fatal domingo un cerrajero abrió una puerta de servicio y la custodia -que llevaba más de diez horas sin lograr que Nisman la atendiera- y la madre del fiscal, verificaron esa situación.

La noticia conmovió al país y antes de que llegara a la “escena del crimen” la fiscal responsable, ya una veintena de personas ajenas caminaba por el departamento, pisaba la sangre, tocaba los celulares, embarraba los pisos, dejando poco menos que invalidadas todas y cada una de las huellas.

A 30 meses de aquel enero, la carátula del caso sigue siendo de “muerte dudosa”. Nadie puede asegurar con certeza si Nismam se suicidó o si fue asesinado. No hay acuerdo de a qué hora pudo haber ocurrido el incidente. Ni por qué la custodia no estuvo. Ni por qué las cámaras de seguridad estaban todas fuera de operatividad. Ni por qué el cuerpo pegado a la bañera apareció corrido.

Por estas horas, se ha conocido una situación cuanto menos curiosa. Se ha mandado construir una réplica del baño donde estaba el cuerpo de Nisman, con la intención de recrear lo ocurrido, en un análisis del cual participarán 28 expertos, un cubículo ciego ubicado en el patio de Gendarmería.

Es por demás llamativo que en un caso en el cual se conjugaron tantas irregularidades operativas, tantas declaraciones tendenciosas, con una mano sin huellas del pólvora, con pericias que se contradicen, con cuestiones políticas, se piense que un baño clonado ayudará a dilucidar algo.

En su tumba de La Tablada, a pocos metros de las víctimas de la AMIA, Nisman no puede ayudar.