Una buena para el puerto local

Redacción de La Nueva.

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El Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca anunció que en septiembre realizará una licitación para la construcción de un nuevo paseo portuario, con la puesta en valor del bulevar Guillermo Torres, entre el puesto de entrada de la Prefectura y el edificio administrativo del Consorcio.

Será un recorrido de 300 metros, el cual será tratado con una nueva parquización, la generación de espacios comunes, el pintado de murales, fuentes de agua y una zona con mesas y bancos par alentar el encuentro de los vecinos.

Como el lugar cuenta con añosas palmeras, características el sector, se buscará también resaltar esa presencia a partir de un renovado sistema de iluminación -tanto en columnas como a nivel del piso-, un pabellón sanitario, una pista de salud y juegos infantiles.

Si bien la intervención se hace en un sector “alejado” del mar, sin dudas confirma una apuesta valorable, ya que es, nada más y nada menos, una de las entradas al puerto, la cual, como sucede con muchos espacios de la estación marítima, no siempre es reconocida y recorrida por los bahienses.

Se supone que la puesta en valor del lugar alentará su uso, dejando un mensaje claro de que se trata de un sitio público, al cual puede acceder cualquier vecino y disfrutar de un recorrido que hace las veces de transición entre la zona urbana y la ría.

Se suma de esta manera una nueva propuesta recreativa a la progresiva recuperación del frente costero a la altura del muelle Ministro Carranza, entre la plazoleta del guardacostas, del Puerto Piojo y del denominado Balcón al Mar.

No es nada nuevo mencionar el enorme potencial turístico y recreativo que tiene el puerto, a pesar de lo cual sigue siendo un lugar relativamente poco aprovechado, tanto por los bahienses como por la gente de la región.

Es increÍble que los fines de semana no sea un polo de atracción superlativo, reforzado por un casco urbano que posee una arquitectura ferroportuaria única en el país.

No habría que dejar de alimentar la idea de un puerto de puertas abiertas, con propuestas de paseo, recreación y gastronomía.

Allí están el postergado muelle de los elevadores sin uso, la zona de usinas abandonadas, los museos, los barcos y todo el colorido del lugar. La puesta en valor del bulevar es una buena señal.