Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Violencia de género: una psicóloga analiza las reacciones de la gente

Alba Picardi, licenciada en Psicología y presidenta del Colegio de Psicólogos, advirtió que es necesario visualizar estas situaciones y romper con el silencio.
Fotos: Archivo La Nueva.

   La presidenta del Colegio de Psicólogos y licenciada en Psicología, Alba Picardi, habló esta tarde con La Nueva. sobre violencia de género y responsabilidad social tras el caso de la chica golpeada en pleno centro bahiense, a la que nadie ayudó.

   Picardi indicó que son muchas las causas por las que una persona puede no reaccionar ante casos de violencia y advirtió que actualmente se observa "una naturalización de los hechos agresivos".

   —La indiferencia a veces es elegida porque hay una base de miedo, de temor. Y a veces no es tan elegida y tiene que ver con que uno reacciona con el recurso que tiene en ese momento. Probablemente hubo personas que tardaron en entender lo que estaban viendo y pasados unos minutos se dieron cuenta de que podrían haber hecho otra cosa.

   Picardi explicó que en muchas personas estas situaciones actúan como "un anestésico, los shockea de tal manera que quedan pasivos frente a lo que le está pasando". Y en otros casos se relaciona con mandatos previos.

   —Venimos con toda una cultura social del "no te metas", de "algo habrá hecho", de "cuidado", una cuestión excesiva en esto de la protección personal frente a lo que pueda pasar. Hay una cuestión de desconexión entre la gente y de individualismo, y el otro queda como si no fuera un semejante, como si no fuese alguien con quien nos podemos identificar frente a un hecho de agresión.

  Para Picardi estas cuestiones explican por qué cada vez vemos más hechos de violencia y hace hincapié en la importancia que tiene la palabra.

   —Es bueno que se rompa el silencio que se genera, porque empezar a poner palabra en todo esto que sucede también hace que como comunidad nos podamos posicionar de otra manera. Esto implica empezar a ver al otro como un semejante, romper con la indiferencia, poder ponerse en el lugar del otro y en algún punto actuar como quisiéramos que actuaran con nosotros.

Educar a los niños

  Picardi cuenta que se trabaja con papás y mamás sobre cuestiones de violencia y que es importante educar a los chicos para que sepan resolver futuras situaciones.

  —Con el tema del bullying uno empieza a trabajar con esto de no naturalizar el silencio: no es natural que si están lastimando a alguien delante mío yo me calle, mire para otro lado o intente no meterme. Empezar a romper este paradigma de "sálvese quien pueda". Empezar a trabajar que los vínculos se construyen y que lo que le está pasando a la persona que está delante mío también en parte es responsabilidad mía.

  —¿Cómo se hace?

   —Hay que empezar desde lo básico, desde la colaboración en el aula, desde el trabajo en equipo, desde los juegos solidarios. Siempre hemos tenido un sistema donde se alienta mucho la competencia. Y la competencia como forma de superación es saludable, pero cuando el otro se vuelve un adversario ya no se vuelve tan saludable.

Violencia en las parejas

   El caso de Estefanía Derves ocurrió en la calle y la chica no conocía al agresor. Pero muchos otros casos de violencia de género ocurren en las parejas.

   Picardi explica que, generalmente, en esas situaciones existen indicios antes de la agresión física: no ser respetado, sentir que lo que uno dice es menospreciado y que tiene que cambiar un montón de cosas de sí mismo para satisfacer al otro, son algunos de ellos.

   —Generalmente arranca con una cuestión de violencia simbólica, más camuflada, de cortar lazos con todos, esta cosa muy posesiva de decir cómo te tenés que vestir o cómo no te tenés que vestir, qué tenés que decir y qué no tenés que decir. Estas cuestiones empiezan a convertirse en un patrón, en donde todo lo que uno hace tiene que pasar por la aprobación del otro. Ahí ya estamos frente a algo que se está perfilando bastante tóxico. 

   —¿De qué modo uno puede ayudar a una persona que esté inmersa en una situación de este tipo?

   —Desde las relaciones de amistad o familiaridad uno puede intentar hablar y acercarse a la persona para marcar ciertas cosas que cree que no están bien. Pero cuando esta persona no lo puede ver hay una cierta negación a romper eso y a veces se termina aislando en pos de defender esa relación. No tiene mucho sentido confrontar o pelear, porque terminás rompiendo el vínculo y cuando la persona necesita ayuda se encuentra con que no puede contar con nadie. A veces es preferible estar disponible para esa persona y asesorarse con quien corresponda. 

   —¿Qué hacer si uno tiene cerca al agresor?

   —Lo que nunca hay que hacer es avalar el hecho de violencia. Podemos comprender las características del victimario, pero siempre la intervención primaria debe ir a detener ese acto de violencia. Después concientizarlo de lo desadaptado de la reacción. En algunos casos esa persona no encuentra la forma de vincularse de otra manera y esos son los mejores pronósticos porque uno puede trabajar para generar canales de comunicación adecuados. En los casos en donde la violencia es una forma de ser ya es más complejo, y uno a veces tiene que tener cuidado de no terminar avalando y volviéndose cómplice de esas situaciones violentas.

Desde el Municipio

   La titular de Políticas Sociales de la Comuna, Soledad Monardez, llamó esta mañana a "tomar conciencia" de que "si no nos ayudamos o no nos involucramos" todo será mucho peor.

   La funcionaria recordó que hay que llamar al 911 ante una emergencia y remarcó que en la Comuna reciben alrededor de 600 personas mensualmente por políticas de género.