Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La vigencia del “relato”

Escribe Carlos R. Baeza

Como fuera ampliamente difundido en los medios, el fallo de la Corte Suprema de Justicia nacional en el caso “Muiña” generó una profunda controversia tanto a nivel político como social y que incluso llevó a que el Congreso en maratónicas sesiones sancionara una ley inconstitucional que pretendió modificar una norma derogada. ¿Qué había resuelto la Corte? Sencillamente, la aplicación de dos normas jurídicas en un caso de delitos de lesa humanidad: por una parte, el art. 7° de la ley 24.390 el cual consagraba el principio del “2x1” al establecer que luego de transcurridos los dos primeros años de prisión preventiva, se computarían dos días de prisión por cada día de encarcelamiento cautelar efectivamente cumplido; y asimismo el art. 2° del Código Penal que contempla el beneficio de la “ley más benigna” y que dispone que “Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere distinta de la que exista al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más benigna”, principio igualmente reconocido por los tratados internacionales incorporados al texto constitucional y con jerarquía superior a las leyes (art. 75 inc. 22) Por ello, y siendo que ninguna de las normas citadas hacía distingos entre delitos comunes y de lesa humanidad, por imperio del principio de igualdad jurídica emanado del art. 16 de la C.N resolvió aplicar el beneficio del “2 x 1” por ser la ley “más benigna”

Entre quienes formularon severas críticas al fallo, cabe señalar a dos juristas del kirchnerismo: el ex juez de la Corte Suprema de Justicia y hoy miembro de la CIDH, el locador de prostíbulos y abolicionista, Dr. Eugenio Zaffaroni y la Dra. María Laura Garrigós de Rébori, actual integrante de la Cámara de Casación Penal y presidente de Justicia Legítima. Ambos denostaron a los firmantes del fallo y lo calificaron como contrario a derecho, pero en una muestra patente del “relato” que enarbolara el último gobierno, olvidaron que ellos mismos habían adoptado idéntica solución.

Así, en el año 2013, Zaffaroni, integrando la Corte nacional, confirió el beneficio del “2 x 1” a Enrique Rei condenado por delitos de lesa humanidad, no obstante que ahora afirma que el fallo “Muiña” adolece de dos errores: el primero, porque no se puede aplicar retroactivamente la ley del “2 x 1” si no se ha cumplido prisión preventiva o no ha habido un proceso penal durante la vigencia de la ley; y el segundo porque no se distinguió entre delitos instantáneos y delitos permanentes; agregando que su fallo estuvo basado en el caso “Arce” y que “pudo haberse equivocado”. Sin embargo, no hay equivocación ninguna sino que lisa y llanamente Zaffaroni miente, porque en el caso “Arce” la Corte mantuvo la doctrina según la cual a los efectos del tratamiento más benigno establecido por la ley 24.390 lo que importa es que el delito se hubiera cometido durante su vigencia, siendo irrelevante que el imputado estuviera detenido durante la vigencia de la norma.

Y porque en el caso “Rei”, el mismo no había estado detenido durante la vigencia de la citada ley -que rigió entre el 22/11/94 y el 1/6/01- sino que recién lo fue en 2004, tres años después de la derogación de la misma, esto es, exactamente igual que en “Muiña”, donde se dijo que la norma en cuestión estuvo vigente en un tiempo intermedio entre la comisión de los hechos y el dictado de la sentencia condenatoria, en tanto que Muiña estuvo detenido preventivamente desde octubre de 2007 y que dicho estado superó el plazo de dos años mencionado en la ley referida, por lo cual el cómputo punitivo relativo se practicó conforme con lo dispuesto en el art. 7° de la ley 24.390 por ser una norma intermedia más benigna que tuvo vigencia entre la comisión de los hechos y el dictado de la condena, de acuerdo con el art. 2° del Código Penal. Y ello por cuanto -y como el mismo Zaffaroni lo resolvió en “Rei”- las leyes penales intermedias promulgadas después de la comisión del delito pero derogadas y reemplazadas por otra ley antes de dictarse condena, se aplica retroactivamente cuando son más benignas, y tendrán ultraactividad cuando son intermedias, siempre que fueran más benignas que las posteriores. Finalmente miente porque en “Muiña” la Corte reconoció que los delitos de lesa humanidad imputados son delitos permanentes, pero que ello era irrelevante dado que ni la ley 24.390 ni el art. 2° del C. Penal hacían distingo alguno entre delitos comunes y delitos permanentes, siendo que esta última norma dispone se aplique “siempre” la ley más benigna.

La titular de Justicia Legítima llegó incluso a peticionar se destituyera a los tres jueces de la Corte firmantes del voto de la mayoría, olvidando que a ella nadie le solicitó una sanción similar -ni tampoco a Zaffaroni- cuando en el 2011 falló en el mismo sentido en la causa “Guglielminetti” quien fuera acusado y condenado por delitos de lesa humanidad; y que a pesar que los hechos imputados habían sido cometidos con anterioridad a la ley del “2 x 1” sus efectos seguían vigentes por el principio de ley más benigna. En ese entonces no dijo que “el fallo fue un error jurídico y político; los jueces se han equivocado largamente”, sino que sostuvo que correspondía aplicar la ley más benigna como lo dispone el art. 2 del C.Penal no obstante tratarse de delitos de lesa humanidad y que lo solicitado por los defensores “no es un beneficio sino un derecho de la parte”, por todo lo cual votó por conferirle la libertad. Y al igual que Zaffaroni miente al afirmar que su fallo era un asunto diferente a “Muiña” porque Guglielminetti estaba preso sin estar condenado, siendo que como ya se dijera y lo sostuviera la Corte en “Arce” ello era irrelevante.