Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Números con final abierto

Escribe Nicolás Poggi

El caudal de votos obtenido hoy por la expresidenta Cristina Fernández en las PASO de la provincia de Buenos Aires, relegada al segundo lugar por estrecho margen por Cambiemos, pone en duda la vigencia del kirchnerismo como fuerza de hegemonía sobre el PJ, pese a que la exmandataria logró compartir el primer lugar con Cambiemos en el principal distrito del país.

Después de haber fracturado el PJ para no disputar las primarias con Florencio Randazzo, la exjefa de Estado afronta una serie de interrogantes ante la reconfiguración peronista que podría producirse a nivel nacional tras los comicios de octubre.

En un justicialismo convulsionado desde la derrota de 2015, con un grupo de gobernadores que no ocultan sus intenciones de discutir el mando, el desempeño electoral del kirchnerismo podría debilitar el predicamento de la exmandataria sobre el aparato del PJ, que se verá obligado a renovarse si quiere presentarse como una alternativa a Cambiemos.

¿Cuáles son los límites de Fernández de Kirchner para octubre? Que no puede contar con la movilidad del voto. Poseedora de un piso “alto” para el promedio de cualquier candidato, es dueña también de un techo “bajo”. Es decir: el porcentaje reunido en esta oportunidad es, números más o menos, todo lo que el kirchnerismo puede conseguir.

Al contrario del caso del Gobierno, porque el empate de hoy podría seducir al electorado que rechaza al kirchnerismo y se inclinaría por Cambiemos para evitar una victoria de la exmandataria. Por ese lado, el macrismo puede sumar votos del massismo y hasta de Randazzo.

En el peronismo, los primeros lugares obtenidos en muchas de las provincias otorgarán a los jefes territoriales la legitimidad necesaria para rediscutir la conducción partidaria. Una elección reñida o desfavorable en octubre podría precipitar una renovación que se veía impedida por la gravitación de la expresidenta.

Hasta los gobernadores que ensayaron una pirueta kirchnerista encontraron el destrato de las urnas, como el caso del puntano Alberto Rodríguez Saá, quien se sumó en el bando de los derrotados a la santacruceña Alicia Kirchner, mandataria de la provincia emblema del kirchenrismo.

Los buenos desempeños de los mandamases Sergio Uñac (San Juan), Juan Manzur (Tucumán), Domingo Peppo (Chaco) y -sobre todo- Juan Manuel Urtubey (Salta) preanuncian una reconfiguración del PJ para las presidenciales de 2019, si es que el empate de hoy virara a una eventual derrota en la provincia de Buenos Aires en octubre. Una discusión a la que se sumará, aunque perdidoso, el cordobés Juan Schiaretti.

A la lista de los vencedores se suma Agustín Rossi, que no sólo se impuso en las primarias del peronismo santafesino sino que además el PJ en esa provincia peleaba cabeza a cabeza con Cambiemos.

Con el 95.13 por ciento de las mesas escrutadas oficialmente, Fernández de Kirchner conseguía el 34,11 por ciento de los votos, un punto menos que el caudal reunido por Aníbal Fernández en las elecciones a gobernador de 2015, cuando obtuvo el 35,28. Y a 20 puntos del 56,28 cosechado en el distrito por la propia exmandataria en las elecciones presidenciales de 2011, cuando acumuló el 54 por ciento en todo el país.

La posición de la expresidenta dejó en claro también que las distintas causas que acumula por presuntos casos de corrupción tuvieron un peso relativo en el electorado. La exmandataria está procesada por la venta de dólar futuro (con espera de juicio oral), por presunta asociación ilícita en la obra pública y por la causa Los Sauces, en la que también fueron procesados sus hijos Máximo y Florencia Kirchner.

A esos trámites se suma la larga lista de exfuncionarios y allegados a su entorno que cumplen prisión preventiva por distintas causas, entre quienes se cuenta a Ricardo Jaime y José López, además del empresario Lázaro Báez, el contador familiar Víctor Manzanares y Claudio Minnicelli, cuñado de Julio De Vido.

El resultado abierto de las PASO no sólo podría atentar contra la credibilidad del kirchnerismo. También contra su hegemonía.