“Fogarata” municipal
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Hace 71 años, en junio de 1946, el comisionado municipal, Julio César Avanza, dispuso el “festejo oficial de la festividad de San Juan, participando del encendido de las clásicas “fogaratas” en todos los barrios bahienses.
Cuando San Juan Bautista bautizaba en las aguas del río Jordán, vistiendo un modesto vestido de pelos de camello, ya era costumbre milenaria encender fogatas cada 24 de junio, celebrandp el solsticio de verano.
Cuando el cristianismo incorporó esa costumbre, la hizo coincidir con el santoral de San Juan Bautista. De allí, el hecho de conocerla por el nombre del santo. Otros la mencionan como “las fogaratas de San Pedro y San Pablo”, santoral del 29 de junio.
Retomando aquella voluntad del doctor Avanza de “oficializar” las fogatas Para que la celebración alcanzara “la mayor proyección”, el comisionado solicitó “la colaboración de todo el vecindario” para proveer la mayor cantidad de combustible.
La comuna, por su parte, aportó muñecos de paja, forrados con arpillera, “para ser quemados en horcas especialmente preparadas”.
Como hecho complementario, se regalarían golosinas y cañitas a todos los niños.
Las esquinas elegidas para la sentida celebración fueron las de Pedro Pico y Teniente Farías, Bolivia y Roca, Castelar y Garibaldi, Ramón y Cajal y Humboldt, y la céntrica de Vicente López y Moreno.
Aquella noche, la alegría y la nostalgia se adueñaron de todas las almas. Los niños celebraban la magia del fuego, los adultos asaban papas y aplaudían.
El catalán Joan Manuel Serrat dio cuenta de la fecha. “En la noche de San Juan, cómo comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas. Apurad que allí os espero si queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir”.