Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Compresiones que rescatan a una persona de la muerte súbita

La técnica de reanimación ante un paro cardiorrespiratorio se ha simplificado al máximo y en la actualidad cualquier persona puede efectuarla contando con un mínimo entrenamiento.
Compresiones que rescatan a una persona de la muerte súbita. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

Gracias al conocimiento y experiencia ganados por la comunidad médica, las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) se han reducido a maniobras cada vez más simples y sencillas con las propias manos y con su ayuda cualquiera puede salvar la vida de una persona que atraviesa por un paro cardiorrespiratorio.

Durante el último mes de mayo, establecido como el Mes de la Reanimación Cardiopulmonar, la Federación Argentina de Cardiología (FAC), puso énfasis en sus actividades de entrenamiento en RCP para toda la población.

La intención era que cualquiera, con una mínima capacitación, esté en condiciones de reconocer inmediatamente a una víctima para asistirla, pedir ayuda profesional y, mientras esta llega, iniciar enseguida las maniobras de reanimación.

“Queremos difundir a la comunidad la importancia de aprender a reanimar con las propias manos, especialmente en la población general, no médica, ya que la mayoría de las muertes por paro cardiorrespiratorio se producen fuera del ámbito hospitalario”, remarca el doctor Walter Stoerman, médico cardiólogo, ex presidente de la FAC y actual secretario de la Red Nacional de RCP y Areas Cardioasistidas de la Federación.

“Hasta hace no mucho tiempo la RCP era algo muy complejo; hoy se sabe que mientras el paciente sea masajeado convenientemente la posibilidad de sobrevida es mucho mayor”, explica Stoermann.

Ante la sospecha de que una persona acaba de sufrir un paro cardiorrespiratorio, se debe evaluar ante todo la seguridad de la escena.

“Lo primero que hay que ver es que no se trate de un tiroteo, de un incendio, que no haya agua en el piso y que no haya un cable de electricidad suelto alrededor, para no sumar una víctima más”, advierte la doctora Patricia Morales, médica cardióloga, integrante de la comisión directiva de la FAC.

Una vez comprobada la seguridad de la escena, se deben comprimir fuertemente los hombros de la persona caída y preguntarle con voz fuerte cerca del oído: “Señor, ¿me escucha?”.

Se observa si la persona responde y se mueve el pecho en señal de que respira.

“Si nada de esto sucede, la persona es una víctima y está en paro cardiorrespiratorio”, afirma la profesional.

A partir de allí se debe llamar inmediatamente al número de Emergencias de Salud --911-- e informar que hay una víctima que no responde y no respira, de modo que quien atiende del otro lado de la línea, debidamente entrenado, comprende enseguida el carácter de la urgencia y pida el auxilio correspondiente.

Luego se habrán de iniciar los movimientos de RCP.

Actuar con rapidez, seguramente, permitirá su reanimación.

La técnica más apropiada para usar ante la emergencia

La técnica correcta consiste simplemente en juntar ambas manos, una sobre la otra, sobre el esternón del paciente acostado boca arriba (el hueso flexible del pecho donde se unen las costillas).

A partir de allí, debemos realizar una serie de compresiones firme a razón de 100 por minuto.

El entrenamiento de quien lo hace evita cualquier posibilidad de lesión.

Lo cierto es que ese riesgo es absolutamente menor frente a la posibilidad de salvar la vida del paciente, que, de no recibir ayuda inmediata, fallecerá en unos pocos minutos.

"Estas maniobras deben repetirse hasta tanto el paciente se reanime o hasta que llegue la ayuda, la ambulancia con el desfibrilador y personal mucho más entrenado", afirma la doctora Stoermann.

En el actual contexto de incremento, a nivel global, de las enfermedades cardiovasculares cuyos factores de riesgo principales están fuertemente asociados con el estilo de vida (una alimentación "industrializada", poca actividad física, tabaquismo y otros), la educación en hábitos saludables es la base de toda acción eficiente de prevención.

"No debemos olvidar, por supuesto, que la enfermedad cardiovascular no discrimina", afirman los especialistas.