Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Muchas son las razones por las cuales padecemos los mareos

Resulta frecuente que se culpe del vértigo y los mareos a los dolores y contracturas cervicales. De todas formas, los neurólogos aseguran que sólo parecen ser sólo una de las mínimas causas.
Habitualmente, se adjudican a un problema cervical. Hoy sabemos que sólo en una mínima proporción es esta la causa.

David Roldán

droldan@lanueva.com

“Siento que las cosas se me mueven"; "Siento que yo doy vueltas"; "Me siento inestable"; "Siento la cabeza vacía"; "Estoy embotado"; Siento que me voy a desmayar".

De todos los motivos de consulta médica, los mareos resultan ser uno de los más frecuentes.

Más precisamente, constituyen la tercera causa de consulta ambulatoria, después de la fatiga y del dolor de pecho.

La sensación de mareo se considera un síntoma que puede responder, por lo menos, a una treintena de posibles causas distintas.

Cada una de estas potenciales causas presenta tratamiento y pronósticos distintos.

Hay una estimación echa por especialistas que asegura que sólo en un 20 por ciento de los casos los pacientes reciben un tratamiento acorde con sus necesidades.

La sensación de mareo se manifiesta en cada persona de manera diferente.

A esto hay que sumar lo que cada médico puede interpretar a partir del síntoma que le refiere cada paciente, teniendo en cuenta que, además, puede ser un médico que no esté especializado en el tratamiento de este problema.

Habitualmente, la sintomatología se adjudica a un problema cervical, cuando hoy sabemos que sólo en una mínima proporción de los pacientes (menos del 1 por ciento) es esta la causa, reconocieron profesionales del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) de Buenos Aires.

Los problemas de la columna cervical pueden causar mareo, admiten los especialistas, pero argumentan que lo mismo puede decirse de una caída brusca de la presión arterial o de la deshidratación.

Inclusive, es frecuente sentirse mareado cuando uno se levanta demasiado rápido, después de estar sentado o acostado (esto se llama "vértigo posicional paroxístico benigno").

Sentirse mareado es una molestia y temida ilusión de movimiento en la que la persona percibe que ella misma o que su entorno se mueve fuera de su control.

En todos los casos, la demora en el diagnóstico de la causa de los mareos acarrea un aumento exponencial de todas las complicaciones que se asocian a este síntoma, entre los que se cuentan el ausentismo laboral, las caídas, la ansiedad, la depresión y distintos cuadros de ansiedad.

En algunos casos, los mareos pueden ser el resultado de una disfunción del aparato vestibular, que es el área del oído interno encargado de captar el movimiento, aunque también puede deberse a trastornos que se producen en las áreas encargadas de procesar la posición de la persona y su desplazamiento en el espacio.

El mareo o cetosis puede producirse cuando el cerebro recibe señales "de posicionamiento" que no coinciden entre sí.

Expresiones que parecen iguales pero son distintas

Los especialistas advierten que no todas las formas en las que se presenta el mareo son iguales.

El vértigo propiamente dicho (o mareo inespecífico) a la sensación de embotamiento, de cabeza vacía o de caminar sobre las nubes es frecuente en personas con cuadros de ansiedad, trastornos de ánimo o como secuela de cuadros vertiginosos en personas con personalidad predisponente.

El desequilibrio, por ejemplo, es la sensación de falta de estabilidad en la que no hay percepción de vértigo y que suele ser secundaria causas variadas o múltiples como la afección de la sensibilidad en las piernas, de la visión, problemas osteo-articulares o una alteración cerebral para coordinar adecuadamente el movimiento.

Por último, un presíncope es una sensación de pérdida inminente de conciencia que generalmente se presenta junto con debilidad, palidez y sudoración.

Suele vincularse a una falla en el sistema nervioso autónomo para la regulación adecuada de la presión arterial.

En todos los casos, es indispensable una evaluación del paciente por un especialista en neurootología, que es la subespecialidad encargada de estas patologías, para realizar el diagnóstico correcto y encarar el tratamiento respectivo.