Asaltos con unamodalidad similar
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Dos episodios de características similares se produjeron en las últimas jornadas en nuestra ciudad, en los que delincuentes ingresaron armados a comercios poco después del mediodía, sustrajeron la plata de la recaudación y hasta dinero de clientes que circunstancialmente se encontraban en el lugar.
El primero de ellos se produjo el jueves, en la carnicería de la firma Virrey Loreto, situada en Teniente Farías al 1500.
Los ladrones redujeron a varias personas, se apoderaron de unos 2500 pesos de la caja y de la billetera de una mujer que se encontraba haciendo compras junto a su hija.
La misma modalidad utilizaron dos jóvenes que anteayer asaltaron la verdulería denominada “La Bendición”, situada en la esquina de Catamarca y Charlone, de la que huyeron con algo más de 2000 pesos.
Melisa Fredes, quien se encontraba atendiendo el local junto a una compañera, describió que los individuos se movilizaban en una moto 110cc. y que actuaron de una forma muy rápida.
“Vinieron por calle Catamarca, estacionaron la moto y bajaron. El primero entró con el arma en la mano y dijo: ‘se callan la boca y me dan la plata de la caja’”.
La joven describió que en ningún momento opusieron resistencia.
“Mi compañera, que está embarazada y sufrió un susto terrible, le dijo que se llevara todo. Yo empuje un cajón para que no me sacaran el celular, pero ella (por la otra trabajadora) lo estaba cargando y se lo robaron”.
Fredes describió que uno de los delincuentes se acercó a la clienta y le exigió la entrega de la billetera.
“Ella le dio la plata pero el resto no, ya que tenía documentación en el interior. Cuando se estaban yendo uno dijo: `si veo que hacen algún movimiento extraño les rajo un tiro´”.
La chica, quien desde hace tres años trabaja en el negocio y es el primer robo que sufre, consideró que los desconocidos aguardaron el momento preciso para cometer el robo.
“Calculo que nos estarían vigilando, porque estacionaron y se bajaron. En un momento pedían plata guardada, pero acá no hay. Hace unos años habían robado, pero yo no estaba”.
También sostuvo que eran jóvenes de unos 20 años, a los que no había visto con anterioridad.
“Me preguntó la policía, pero no eran de acá. Me di cuenta enseguida que nos venían a robar. No fueron violentos ni nos agredieron, sino que apuntaban para amenazarnos”.
Con el recuerdo aún latente del crimen del comerciante Ramiro Barragán, ocurrido hace algunos meses en cercanías de ese lugar, la joven admitió que hasta el momento no tenía temor, aunque lo ocurrido cambia las cosas.
“No tenía miedo hasta ayer (por el viernes). Ahora da un poco de temor, pero hay que seguir trabajando”.