Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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La epilepsia nos lleva a entrar solos en un verdadero laberinto

Así como todos deberíamos saber Reanimación Cardiopulmonar (RCP), todos deberíamos saber qué es la epilepsia y como reaccionar ante una crisis que nos sobrecarga de temores.
La epilepsia nos lleva a entrar solos en un verdadero laberinto. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

La epilepsia es una patología crónica caracterizada por la presencia de crisis convulsivas recurrentes que pueden comenzar en cualquier momento de la vida, pero, con mayor frecuencia, en la infancia y en la tercera edad.

Según el doctor Damián Consalvo, médico neurólogo del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio de Los Arcos, sus causas pueden ser diversas, como lesiones cerebrales o, simplemente, predisposición genética.

La epilepsia es una patología neurológica y es más frecuente de lo que se cree.

De acuerdo con estudios epidemiológicos realizados en países desarrollados, 5 a 10 de cada 1.000 personas padecen epilepsia activa, lo que se denomina prevalencia de la enfermedad.

La incidencia es lo que hace referencia en epidemiología a la aparición de nuevos casos en un período de tiempo y esto es del 40 al 70 por 100.000 habitantes.

Además, se estima que un 10 por ciento de la población sufrirá alguna convulsión a lo largo de su vida.

Las crisis epilépticas son episodios de alteración de la actividad eléctrica del cerebro que se manifiestan clínicamente por alteración en la conciencia o por aparición de sintomatología motora, sensitiva o conductual.

Las causas son múltiples y van desde la genética, hasta un ACV o una lesión cerebral por trauma.

La mayoría de las convulsiones duran de 30 segundos a 2 minutos y no causan daños duraderos.

Sin embargo, si acontecen durante más de cinco minutos, o si una persona tiene muchas convulsiones y no se despierta entre estas, entonces se trata de una urgencia médica, advierte el doctor Consalvo, vicepresidente de la Liga Argentina Contra la Epilepsia.

Los síntomas varían de una persona a otra y el tipo de convulsión o crisis epiléptica depende de la parte del cerebro afectada.

Algunas personas pueden tener simples episodios de ausencias, mientras otras tienen pérdida del conocimiento y temblores violentos.

De ahí la importancia del diagnóstico, que es clínico y se basa en el interrogatorio.

Para conocer las causas se investigan antecedentes familiares y personales y lo ocurrido antes, durante y después de la crisis.

Además, el médico puede solicitar análisis de sangre y orina, un electroencefalograma (EEG) y estudios por imágenes del cerebro, como resonancias o tomografías.

La importancia de un diagnóstico de certeza radica en que, una vez establecido y comenzado el tratamiento con la medicación apropiada, alrededor del 70 por ciento de los pacientes deja de tener crisis.

Esto hace que las personas puedan desarrollar sus actividades cotidianas en forma habitual, salvo algunas excepciones.

Existe una mística en torno de esta extraña enfermedad

En la antigüedad muchos consideraban a la epilepsia como una maldición o afirmaban que la epiléptica estaba poseída por el demonio.

Incluso, muchos enfermos eran sacrificados.

Dicha demonización persiste en nuestra época.

Hoy, la gente le teme al paciente con epilepsia y el paciente teme contar su enfermedad por miedo a ser discriminado.

Es así como se autodiscrimina por miedo a perder el trabajo o el colegio.

Hay quienes creen que es una enfermedad contagiosa.

Todo se debe a la ignorancia que existe respecto a al epilepsia porque aún es un tabú.

A pesar de todos los avances que ha habido en los últimos años, la epilepsia continúa siendo una enfermedad con mucho misticismo y que genera discriminación y temores, con la consecuente falta de inserción social. Es por eso que se hace imperioso promover campañas de educación para que todos sepamos más sobre esta enfermedad.

En cuanto al aura que experimentan algunos pacientes es el conjunto de sensaciones que vive una persona con epilepsia antes de sufrir una crisis generalizada.

El aura puede ser muy útil al permitir a la persona afectada prepararse para la crisis y evitar caídas o lesiones.