Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Plantó la bandera en el Polo y dice: “No hay secreto”

El bahiense Luis Barco cumplió otra hazaña. “Triunfa el que pone seriedad en lo que hace”, dice.
“Que lo sepan los chicos: un pueblo ignorante es un pueblo esclavo”, dice Luis Barco.

Por Maximiliano Palou / mpalou@lanueva.com

--Lo que se logra sin esfuerzo es efímero; no sirve.

El bahiense Luis Barco pasará toda la entrevista tratando de que se haga hincapié en ese mensaje.

Hace una semana logró la meta en la maratón Polo Norte y puso la bandera argentina tras 7 horas y 29 minutos de travesía a pie.

--Triunfa el que pone seriedad en lo que hace. No hay secreto. Quiero que los jóvenes crean. No es fácil, pero nada es imposible. Sin esfuerzo sólo se logrará un fracaso.

Los que conocen a Luis Barco lo describen como una persona generosa y de una vida en la que el sacrificio no estuvo ausente.

--Que a alguien le sirva esto, principalmente a los jóvenes --casi no quiere describir lo que vivió en el Polo Norte. Repite y repite que su mensaje es para que los jóvenes crean.

--Cualquiera, cualquiera que ponga voluntad lo puede hacer, todo el mundo lo puede hacer. Hay que inculcárselo a nuestros chicos -dice y repite. Y repite.

***

Luis Barco tiene 65 años. Hace 15 hizo su primera carrera.

--Fue en Monte Hermoso. ¡Espectacular! Después fue un triatlón en Sauce Grande organizado a pulmón por la gente del balneario.

--¿Por qué correr?

--Porque empecé a gastar el tiempo para mí. Y me fue llevando a seguir en esto.

--¿Y qué pasa cuando llegás?

--Pienso en la próxima carrera. Es que para mí, largar ya es llegar. Sé que cuando largo ya llegué.

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Cuando siente que ya habló mucho de sí mismo, vuelve a su mensaje.

--La vida es hacer cosas. Yo no miro televisión, salvo algunas noticias: no puedo perder tiempo en ver un programa en la que un tipo emboca pelotitas en un vaso.

Para él “la vida siempre está en marcha”.

--Trato de vivir en primera persona.

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Luis habla desde la noruega Longyearbyen, el mayor asentamiento del archipiélago de las islas Svalbard del océano Glacial Ártico.

--El mes pasado en “La Nación” hicieron una nota hablando de Longyearbyen y la titularon “El pueblo más feliz del mundo”.

Luis estuvo varios días porque los vuelos se encontraban cubiertos y no podía irse.

--Camino, salgo, miro las conductas de las personas. Acá es todo nieve.

Y le sirve para comparar.

--Hay mucho respeto por los demás. Acá hasta corrieron para devolverme la billetera cuando se me cayó en supermercado. Lo fundamental es el respeto por el otro. Eso es clave para vivir mejor. Nosotros estamos mal por nuestras mezquindades. Ojo, acá las leyes son duras, al contrario de las nuestras. Acá, casi no hay policías ¿para qué? Si no hay hechos delictivos. Y eso que la gente sale a la calle con fusiles.

--¿Cómo?

--Claro, por los osos. La gente va a pasear con un fusil por si los ataca un oso. Pero acá nadie ataca a nadie ni le pierde el respeto. Es un mundo ideal.

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--Hiciste maratones en Los Andes, Sahara, Amazonas, Polo Norte, Antártida... ¿qué dirán de vos dentro de 50 años?

--Nadie se va a acordar de mí. Soy intrascendente. Lo único que me gustaría es que la gente se ponga en marcha viendo lo que hice. Transmitir que se puede hacer. Todo lo que hice en mi vida lo hice con esfuerzo y estoy feliz por haberlo hecho.

Y deja su último mensaje:

--Para ser libre hay que aprender. Que lo sepan los chicos: un pueblo ignorante es un pueblo esclavo. Y para eso es necesario esforzarse.