Negra cabeza

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

—Tiro en la frente y al río.

Elegí uno de los comentarios. Uno de los tantos que aparecieron al pie de una noticia que publicó La Nueva. hace unos 10 días.

Una alumna del colegio Madre Teresa de Calcuta de Santa Rosa le pegó a la profesora de Matemática. Discutió y cuando no supo que más decir le tiró una campera en la cara, la agarró del cabello y le dio una trompada.

La alumna, claro está, debe ser sancionada. Debe entender que la decisión que tomó tiene una consecuencia.

Lo que no alcanzo a comprender son los comentarios desprovistos de la más mínima contemplación de la situación de esta estudiante.

Antes de decir “estos chicos no tienen retorno”, ¿no te preguntaste si no hay una manera de que una chica que recién va a la secundaria tenga otra oportunidad que la haga mejor?

Antes de decir “negras cabezas que encima se reproducen” o “y lo lamentable es que estas lacras se reproducen” se le puede explicar la responsabilidad de ser mamá y que su condición social no la condiciona en su sueño de tener un hijo.

Antes de decir “con los milicos esto no pasaba” o “que vuelva Adolf” ¿no pensaste que pasaban cosas un poquito peores con los milicos y con Adolf?

Antes de decir “ya me imagino lo villa que deben ser los padres” ¿no se te ocurrió que los padres viven en una villa porque no tienen otra opción y que en la villa viven personas iguales a vos?

Antes de decir “cuando ejecuten violadores, ladrones y otras lacras como esa cambiará un poco la situación” ¿no miraste estadísticas que demuestran lo contrario y que matar no tiene retorno?

Y antes, un rato antes de sentarte a escribir, un rato antes de que el odio te ganara ¿a cuántos marginados ayudaste?