Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Escocia: las islas Shetland y la fiesta vikinga de las antorchas

En 1890, una furiosa tormenta descubrió Jarishof, el yacimiento arqueológico más importante de las islas. Son casas circulares de 4.500 años de antigüedad.
Escocia: las islas Shetland y la fiesta vikinga de las antorchas. Turismo. La Nueva. Bahía Blanca

Corina Canale

corinacanale@yahoo.com.ar

Escocia no sólo es el país con más casas embrujadas del mundo y los mejores campos de golf, sino que también tiene un centenar de islas con más ovejas que gente y pintorescos pueblos marineros.

Un país donde la realidad menos imaginada convive con grandes mitos.

La realidad asombró al mundo en 1997 con la clonación del primer mamífero, la oveja Dolly, obra de los científicos del Instituto Roslin de Edimburgo.

Y lo tiene a Nessy, el legendario monstruo del lago Ness, tal vez el “misterio” más difundido de la criptozoología.

Las Islas Shetland del Mar del Norte no son un destino turístico para cualquiera, pero sí para los ornitólogos que persiguen a la “tundra”, el ave exclusiva de estas islas distantes 500 kilómetros del Círculo Polar Ártico.

Los fanáticos de los pájaros visitan la isla Fair, la más lejana, a la que se llega navegando tres horas desde Mainland, o en vuelos de 30 minutos que aterrizan en una pista que atraviesa la ruta principal de ese sitio.

Un semáforo les advierte a conductores y peatones que está llegando el bimotor diario que procede de Edimburgo.

Otro refugio de las aves marinas son los acantilados de Hermaness, en la isla Unst.

También es un destino para aquellos que buscan silencio, soledad, playas largas y naturaleza, porque allí sólo hay quince islas habitadas y otras que aún esperan ser exploradas.

El archipiélago pertenece a Escocia pero está más cerca de las costas de Noruega, y los isleños están más arraigados a la cultura vikinga que a la escocesa.

Se sienten escandinavos y para ellos el violín suena más que la gaita.

El clima es siempre frío y los vientos no dejan que los árboles crezcan.

Las colinas son bajas y el verde sólo asoma en las praderas.

Los escoceses saben que su clima gris es pródigo en nieblas espesas y lluvias, pero también saben que es difícil superarlos cuando se trata de instalar misterios y dolientes almas en pena.

Lerwick es la capital y el puerto principal del archipiélago, donde en enero se realiza el “Up Helly-Aa”, la gran Fiesta Vikinga del Fuego, que recuerda el día del año 794 en que los vigías pictos de la isla de Iona avistaron la llegada de los “drakkars” vikingos.

Ellos padecieron la crueldad de los invasores, quienes derrotaron a otras tribus y crearon asentamientos que fueron las primeras colonias noruegas en Escocia.

El Festival Vikingo del Fuego comenzó a celebrarse en 1881 y sólo se interrumpió cuando murió la reina Victoria y durante la II Guerra Mundial. El desfile con antorchas hacia el mar es un conmovedor espectáculo de luces y sombras.

Lerwick fue habitada mucho antes, pero desde el siglo XVIII creció como puerto comercial, con pescadores holandeses de arenques, quienes construyeron casas, muelles y almacenes. A finales del siglo XIX ya era el principal puerto de arenques del norte de Europa.

Cerca de allí está Scalloway, que fue capital de las Islas Shetland hasta el siglo XVIII, actualmente un pueblo y puerto pesquero desde el que los servicios secretos controlaban el tránsito de los ferryes durante la guerra.