Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Travesías, arte y buena cocina para disfrutar en Miramar

Estas son algunas de las propuestas que han hecho en Miramar para la presente temporada invernal.
Travesías, arte y buena cocina para disfrutar en Miramar. Turismo. La Nueva. Bahía Blanca

Miramar ya no se conforma con ser una tradicional ciudad balnearia de la costa bonaerense, lo que limita su actividad turística al verano y, acorde a las nuevas tendencias juega sus cartas al invierno, con turismo aventura, naturaleza, gastronomía, arte cultura y hasta ballenas, que comenzaron a visitar sus costas en los últimos años.

La Secretaría de Turismo, Cultura y Deportes de General Alvarado y un puñado de emprendedores privados locales de distintos rubros impulsan estas actividades en forma casi artesanal, para romper la estacionalidad y atraer visitantes todo el año.

Los amantes del turismo de aventura y naturaleza tienen la posibilidad de realizar travesías por las playas del sur y las dunas, en los conocidos vehículos 4x4 pero también en camiones rusos 6x6.

En el límite norte de la costa miramarense, junto a la desembocadura del arroyo Las Brusquitas, todo el año hay buenas olas para surf y en invierno se juntan grupos a practicar este deporte, a los que pueden sumarse los turistas.

También en el ámbito natural, pero con menos adrenalina, se pueden realizar caminatas por el famoso "bosque energético" del vivero dunícola Florentino Ameghino, de 500 hectáreas.

En ese sector del bosque, cubierto de altos árboles inclinados por el viento, al margen de los mitos o realidades sobre objetos que desafían leyes de la física, muchos visitantes dedican largos ratos a la meditación, en un marco de paz, con el silbido del viento o el rumor del mar como únicos sonidos.

El turismo rural y la producción se combinan en las visitas guiadas que ofrece la Escuela Agrícola local, un establecimiento secundario ubicado en las afueras de la ciudad, devenido en una gran granja y tambo, a cargo de docentes y más de 300 alumnos.

Allí, en un recorrido de unas dos horas, el turista puede conocer en vivo la elaboración de chacinados, escabeches, dulces, quesos y miel, todo de manera natural y artesanal, con certificaciones oficiales.

En las 200 hectáreas de esa escuela granja se crían vacunos, porcinos y aves; se cultivan legumbres y hortalizas y se mantienen unas 80 colmenas, cuyos productos están a la venta en el lugar o en el centro de la ciudad.

Las propuestas artísticas se mantienen en el invierno puertas adentro, en el rubro espectáculos, con funciones en la Casa del Bicentenario de Miramar y su orquesta escuela de 35 músicos, y en el Teatro Municipal Abel Santa Cruz, donde dan prioridad a obras de autores y actores locales.

La gastronomía de Miramar, explicó el secretario de Turismo, Cultura y Deporte, Carlos Pagliardini, se caracteriza por mantener los platos típicos de una zona de mar y de campo, pero con el objetivo de la excelencia mediante la calidad de la materia prima y preparación.

"Presentamos comidas tradicionales, pero con productos de alta calidad, de granjas orgánicas, todo certificado y, al darle prioridad a las producciones locales, garantizamos la frescura que asegura la cercanía", explicó.

En la playa hay varios comederos, parrillas y cafeterías que atienden todo el año, pero sólo una cervecería artesanal cuyo local sobre la arena se le anima a la temporada fría, aún en la noche: La Biere.