Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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En México, el partido mayor de la izquierda cede ante López Obrador

Escribe Sofía Miselem

Antaño aguerrido militante y dos veces candidato presidencial, el veterano líder opositor mexicano Andrés Manuel López Obrador consolida su divorcio del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el mayor de la izquierda mexicana, arrastrando consigo a una buena tajada de adeptos.

La mayor expresión del resquebrajamiento del PRD se vive en el Senado: arrancó la legislatura en 2012 como tercera fuerza con 23 escaños de 128, pero desde entonces nueve senadores han desertado, algunos seducidos por López Obrador, mientras que el futuro de su excoordinador, Miguel Barbosa, pende de un hilo.

Días atrás, Barbosa sorprendió en una conferencia de prensa.

"Expreso mi apoyo a López Obrador", dijo en momentos en que éste aventaja rumbo a la presidencial de 2018 con su partido Movimiento de Generación Nacional (Morena), formado en 2014.

Como consecuencia, este senador fue destituido del liderazgo legislativo y el PRD, que sacudido por pugnas internas, no ha encontrado aún a su sustituto.

No hace mucho, Barbosa tachaba al líder de Morena de "soberbio", mientras que en privado, según sus allegados, pregonaba "a la chingada con López Obrador".

López Obrador, de 63 años, responde no obstante ahora a sus coqueteos con un estilo que le valió ser tachado de "mesías tropical" por el historiador Enrique Krauze: "Bienvenidos todos los que quieran un cambio verdadero, mujeres y hombres de buena voluntad".

"López Obrador se salió del PRD (en 2012) cuando ya no pudo controlarlo a su gusto y ahora vemos cómo Morena va sustituyendo al PRD como eje de la izquierda", comenta a la AFP el historiador y analista José Antonio Crespo.

La clase política mexicana apunta ya a la elección presidencial de julio de 2018 y varios se han enfrascado en una precampaña extraoficial por su partido o como independientes, figura que México estrenará en esos comicios.

En las encuestas anticipadas, López Obrador es puntero pese a que sus detractores le reprochan que llegará con 12 años en campaña: fue candidato en 2006 y 2012, y entre elecciones se movilizó por todo el país.

"Los del PRD se van a Morena porque ven ahí una mejor posibilidad de llegar al poder", añade Crespo, previendo que la desbandada de perredistas convertidos en morenos continúe hasta la elección.

Morena ya muestra músculo en la capital pues en 2015 arrebató la mayoría del legislativo municipal al PRD, que la tenía desde 1997.

A la causa del López Obrador se han sumado rostros emblemáticos de la izquierda mexicana, intelectuales, artistas, algunos empresarios y hasta cercanos colaboradores del alcalde Miguel Angel Mancera, quien aspira a la candidatura presidencial por el PRD.

Crespo y otros analistas anticipan que en 2018 el PRD podría quedar entre la "chiquillada", un puñado de partidos minoritarios, satélites de los mayores.

López Obrador perdió en 2012 ante el actual presidente Enrique Peña Nieto, y en 2006 fue derrotado por sólo 0,58% de los votos por el conservador Felipe Calderón. En cada elección, el izquierdista clamó "fraude".

Crespo observa preocupado el empuje del "Peje", como se conoce popularmente al líder opositor en alusión al pez lagarto típico de su Tabasco natal.

"Vemos cómo se diluye la izquierda modernizadora y se impone otra conservadora porque el PRD impuso una agenda de libertades de conciencia, como el matrimonio igualitario, aborto o eutanasia", subraya.

Como alcalde de Ciudad de México (2000-2006), López Obrador mantuvo congelada esa agenda en la capital y cuando se le cuestiona al respecto dice que zanjaría esas cuestiones en consulta popular.

"La de López Obrador es una izquierda conservadora con una moral de inspiración bíblica", considera el analista, subrayando que las izquierdas en México, que reivindican los principios de la Revolución de 1910, "no tienen nada que ver con la social democracia" europea, también en crisis.

Para el senador Armando Ríos Piter, desertor del PRD y que contempla lanzarse como independiente, López Obrador pregona un "proyecto antiguo".

"Se hizo antes de que existiera el WhatsApp, hoy los jóvenes tienen otros intereses", resumió en declaraciones a una radio mexicana.

Inquieta también su populismo pues aunque queda descartada una ola de expropiaciones o una guerra con empresarios, se anticipan "políticas económicas y sociales que terminen arruinando al país", advierte Crespo.